Si te iba bien en la escuela y te identificaban como “la lista” seguramente detonó en ti un orgullo que te permitió identificar que tenías cierta madera para el liderazgo. La escuela es de los primeros espacios en los que podemos medir nuestro nivel de eficacia.
Ahora bien, si no sacabas buenas notas no era sinónimo de que no tuvieras aptitudes de líder; pero espero que sí hayas encontrado otros espacios que te permitieran descubrir en qué eras buena.
Quizá haber sido integrante de alguna organización juvenil o practicado un deporte en particular te ayudó a identificar aspectos positivos en ti.
Yo tuve la oportunidad de formar parte de un grupo Scout y definitivamente me ayudó mucho. Recuerdo perfecto que un día, la líder de mi “patrulla” (así se denominan a los pequeños equipos que conforman una tropa Scout) se fue a vivir a otra ciudad, lo que se tradujo en que con mi poca experiencia tuve que tomar el cargo.
Fue mi primera oportunidad de dejar de ser “la chiquita” porque en mi familia tengo una hermana mayor a la que siempre le asignaron el rol de “la responsable”; lo cual me colocaba a mí en la ventajosa posición de “la irresponsable con derecho a regarla porque está chiquita y no sabe lo que hace”.
Pero con mi nuevo rol tuve que dejar de ser “la pequeña” y estar a cargo de cuatro niñas más inexpertas que yo. Fue mi primera oportunidad de descubrir que yo era capaz de cuidar, guiar y ver por otros… más allá de mi oso de peluche.
Otro factor que en tu infancia pudo favorecer tus habilidades de liderazgo fue si contaste con el reconocimiento y el apoyo de alguna mujer que haya sido un modelo a seguir.
Según este estudio, ocho de cada 10 mujeres informaron que contar con el liderazgo positivo de una mujer como modelo a seguir les ayudó a sentirse seguras sobre lo que podrían lograr en la vida.
En tu caso, ¿tuviste la fortuna de recibir elogios o reconocimiento por parte de tu mamá, una tía o alguna maestra que con su ejemplo fue un modelo aspiracional para ti?
La presencia de estos dos elementos en tu niñez y juventud son factores que influyeron en tu actual camino como líder. Ahora bien, si no contaste con ninguno de ellos -y antes de que te tires al drama en posición de víctima- no significa que no hay nada que se pueda hacer por ti en temas de liderazgo.