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Fintech. Disruptiva, innovadora… ¿Pero equitativa?

¿Quién mejor para entender qué productos financieros necesitan las mujeres si no es otra mujer?
vie 20 septiembre 2024 06:03 AM
Fintech. Disruptiva, innovadora... ¿Pero equitativa?
¿Estamos listas para romper el ciclo de exclusión y convertir la comunidad en la fuerza que impulse a más mujeres?, plantea Joselyn Castro.

Siempre que hablamos del sector financiero, en particular del fintech, no deja de sorprendernos su nivel de disrupción. Cada año vemos nuevas empresas y compañías más grandes con una misma misión: llevar productos financieros a sectores donde la banca tradicional no está llegando.

La inclusión financiera y las fintech van de la mano en todas las conversaciones, pero si tomamos un microscopio y vemos el interior de este sector, veremos una brecha de género profunda, dolorosa y añeja, que nos lleva a cuestionarnos, ¿qué pasa que una industria tan progresista y disruptiva no ha logrado la equidad?

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Este reto tiene dos verticales, la primera es la baja proporción de empresas fundadas por mujeres; y la segunda, las pocas mujeres en puestos de liderazgo. Sobre el primer punto, el Fondo Monetario Internacional encontró que en los últimos 20 años, el porcentaje de fundadoras de empresas fintech se ha mantenido entre el 10% y 15%, es decir, en 20 años poco o casi nada ha cambiado.

No obstante, el papel de las mujeres en el sector es crucial, no solo para tener una industria más equitativa, o que haga más sentido con los valores que promueve hacia afuera, sino por el impacto que esto genera para el resto de nosotras.

¿A quién prefieren los inversionistas?

Dejando de lado retos como la falta de tiempo, lo complejo de la maternidad o la carga de las labores domésticas, las fundadoras se enfrentan a un desafío aún mayor que sus pares hombres cuando buscan capital.

En su estudio realizado en Nueva York, entre 2010 y 2016, se encontró que los inversionistas tienden a hacer a los empresarios hombres preguntas centradas en la promoción de sus compañías, mientras que a las empresarias preguntas sobre la prevención de riesgos.

Michael Ewens, de la Columbia Business School y Richard R. Townsend, de la Universidad de California estudiaron los sesgos de género en los inversionistas y llegaron a la conclusión de que los inversionistas hombres tenían una preferencia por los empresarios; mientras que las inversionistas mujeres, preferían a las empresarias.

Para los investigadores, este sesgo de las inversionistas podría ser una respuesta al sesgo de sus pares masculinos en un intento por compensarlo. Sea así o no, lo cierto es que tener más mujeres inversionistas beneficia a las mujeres emprendedoras.

A nivel mundial, solo 8% de las personas socias de las 100 firmas de capital de riesgo más importantes son mujeres. En consecuencia (y si la hipótesis de arriba es correcta), la baja representatividad de inversionistas mujeres es en gran medida responsable de que sólo el 6% de los fondos de capital en LATAM se destinan para las emprendedoras.

También sabemos que las empresas fundadas por mujeres tienen en promedio 61.6% de colaboradoras, es decir, emplean a más mujeres. Hablamos de un círculo virtuoso que si lo llevamos más allá ¿Quién mejor para entender qué productos financieros necesitan las mujeres si no es otra mujer?

Unidas somos mejor

Muchos inversionistas dirán “queremos invertir más en empresas fundadas por mujeres, pero no hay”, y eso es verdad. La pregunta entonces es ¿Cómo logramos que haya más mujeres en el top fintech?

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Esa misma pregunta se hizo Mariana Villasuso, del Comité de Género de FinTech México. Considerando que cerca del 40% de la plantilla en fintech son mujeres ¿Cómo es que sólo unas cuantas llegan a puestos de liderazgo? y ¿Cómo es que aún menos se lanzan a emprender?

Para Mariana, la respuesta está en algo tan efectivo y antiguo que hasta nuestras bisabuelas hacían: comunidad. Al fomentar espacios donde las mujeres puedan conectar con mentoras, formar redes de apoyo y recibir impulso para sus emprendimientos, no solo se potencian las habilidades y el rumbo de sus negocios, sino que también se abre la puerta para que más mujeres en la industria den ese salto trascendental y resanen “el escalón roto”.

La oportunidad de transformar el sector fintech está en la mesa, pero requiere un cambio profundo; no se trata solo de aumentar el número de mujeres fundadoras o líderes, sino también de cuestionar y redefinir un ecosistema que sigue poniendo barreras invisibles. ¿Estamos listas para romper el ciclo de exclusión y convertir la comunidad en la fuerza que impulse a más mujeres?

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Nota del editor: Joselyn Castro es Líder del Proyecto Apolo Mujeres. Síguela en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente a la autora.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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