Este reto tiene dos verticales, la primera es la baja proporción de empresas fundadas por mujeres; y la segunda, las pocas mujeres en puestos de liderazgo. Sobre el primer punto, el Fondo Monetario Internacional encontró que en los últimos 20 años, el porcentaje de fundadoras de empresas fintech se ha mantenido entre el 10% y 15%, es decir, en 20 años poco o casi nada ha cambiado.
No obstante, el papel de las mujeres en el sector es crucial, no solo para tener una industria más equitativa, o que haga más sentido con los valores que promueve hacia afuera, sino por el impacto que esto genera para el resto de nosotras.
¿A quién prefieren los inversionistas?
Dejando de lado retos como la falta de tiempo, lo complejo de la maternidad o la carga de las labores domésticas, las fundadoras se enfrentan a un desafío aún mayor que sus pares hombres cuando buscan capital.
En su estudio realizado en Nueva York, entre 2010 y 2016, se encontró que los inversionistas tienden a hacer a los empresarios hombres preguntas centradas en la promoción de sus compañías, mientras que a las empresarias preguntas sobre la prevención de riesgos.
Michael Ewens, de la Columbia Business School y Richard R. Townsend, de la Universidad de California estudiaron los sesgos de género en los inversionistas y llegaron a la conclusión de que los inversionistas hombres tenían una preferencia por los empresarios; mientras que las inversionistas mujeres, preferían a las empresarias.
Para los investigadores, este sesgo de las inversionistas podría ser una respuesta al sesgo de sus pares masculinos en un intento por compensarlo. Sea así o no, lo cierto es que tener más mujeres inversionistas beneficia a las mujeres emprendedoras.
A nivel mundial, solo 8% de las personas socias de las 100 firmas de capital de riesgo más importantes son mujeres. En consecuencia (y si la hipótesis de arriba es correcta), la baja representatividad de inversionistas mujeres es en gran medida responsable de que sólo el 6% de los fondos de capital en LATAM se destinan para las emprendedoras.
También sabemos que las empresas fundadas por mujeres tienen en promedio 61.6% de colaboradoras, es decir, emplean a más mujeres. Hablamos de un círculo virtuoso que si lo llevamos más allá ¿Quién mejor para entender qué productos financieros necesitan las mujeres si no es otra mujer?
Unidas somos mejor
Muchos inversionistas dirán “queremos invertir más en empresas fundadas por mujeres, pero no hay”, y eso es verdad. La pregunta entonces es ¿Cómo logramos que haya más mujeres en el top fintech?