El liderazgo femenino es esencial para transformar el panorama financiero y promover la inclusión. Las mujeres líderes desempeñamos un papel crucial al diseñar productos y servicios que abordan las realidades y desafíos que enfrentan las mujeres. Además, la representación femenina en la alta dirección no solo beneficia a las mujeres, sino que también mejora la toma de decisiones y la rentabilidad de las organizaciones.
Desde mi papel como empresaria y mujer busco constantemente que no solo se reconozcan estos desafíos, sino que se aborden con iniciativas concretas como la equidad salarial y de oportunidades, así como la cero tolerancia a la discriminación de género y la posibilidad de trabajar desde casa para que haya un equilibrio entre los tantos roles que nos toca desempeñar, la combinación de todo ello no sólo motiva a nuestras mujeres, sino que impulsa su ascenso laboral.
La educación financiera, por su parte, es esencial para el empoderamiento económico de las mujeres. Al comprender conceptos financieros básicos como el ahorro, el crédito, las inversiones y la planificación financiera, las mujeres adquirimos las herramientas necesarias para tomar decisiones informadas sobre nuestro dinero y nuestras finanzas, lo que nos empodera, nos da seguridad y nos hace independientes.
Sin embargo, la realidad actual dista mucho de este escenario ideal. Según datos del Banco Mundial, una de cada dos mujeres no tiene una cuenta bancaria y solo el 20% de las mujeres emprendedoras tenemos acceso a financiamiento formal. Esta falta de acceso a servicios financieros limita las oportunidades de las mujeres para iniciar y hacer crecer sus negocios, invertir en su educación y salud, y protegerse a sí mismas y a sus familias.
Además de la educación, el liderazgo femenino es un elemento crucial para transformar el panorama financiero y promover la inclusión de las mujeres. La presencia de mujeres en puestos de liderazgo dentro de las instituciones financieras y en los ámbitos de toma de decisiones es fundamental para impulsar políticas inclusivas y equitativas, que hoy en día aún no se tienen.
Según el Boletín Semestral de Estadística de la Información Financiera por Género de la Superintendencia de Bancos, solo 4 de cada 10 créditos otorgados por entidades bancarias en México son destinados a mujeres y las tasas de interés son en promedio 1.3 puntos porcentuales más altas que la de los hombres incluso cuando la tasa de morosidad las mujeres es inferior a los hombres, indicando que somos mejores pagadoras pero enfrentamos condiciones de crédito más desfavorables.
Las mujeres líderes representamos un papel transformador al diseñar productos y servicios que respondan mejor a las realidades y desafíos que enfrentamos las mujeres. La representación femenina en la alta dirección no solo beneficia a las mujeres, sino que también ha demostrado ser beneficiosa para las organizaciones, llevando a una mejor toma de decisiones y mayor rentabilidad.
Afortunadamente, cada día más empresas reconocen que la participación de la mujer en la actividad económica es fundamental para el crecimiento de la economía de cualquier país.