Cada año, la trillada frase “se la tienen que creer” se repite como una máxima para cerrar las brechas de género.
Las mujeres llevamos sesgos, cargados por generaciones, que nos impiden ser más veloces para alcanzar metas. Recurrir a una narrativa que pone en manos de las mismas mujeres la responsabilidad de estas desigualdades es tan romántico como peligroso, incluso, parece un acto de cancelación a la corresponsabilidad de la sociedad ante una discriminación que es sistemática.
Sí, es imposible avanzar sin antes despojarse de una actitud derrotista, pero pretender que “creérsela” es una varita mágica para resolver las deudas sociales carece de empatía e invisibiliza la urgente necesidad de tomar acciones.
Reconozcamos que hay un sistema donde las personas e instituciones públicas y privadas somos responsables y, quienes están en puestos de poder deben implementar medidas concretas, más allá de los discursos motivacionales y el “échale ganas”.
Hay buenas noticias también: desde el sector privado, podemos ejecutar medidas contundentes para cerrar brechas. Externamente, al desarrollar empresas de mujeres para integrarlas a las cadenas de proveeduría con el apoyo de iniciativas como la de WeConnect International, o bien, al trabajar con organizaciones como Laboratoria y Fundación EDUCA, las cuales dotan de habilidades STEM a niñas y mujeres para que participen de mejores oportunidades. Internamente, al asegurar ambientes y políticas laborales con igualdad de derechos, donde el crecimiento de las mujeres no dependa “de que se la crean”.
¿Cómo acelerar el cambio? Con procesos de contratación y promoción libres de sesgo; con políticas de desarrollo para mujeres, con capacitaciones formales y asignación de recursos claros; con el intercambio de mejores prácticas entre organizaciones; con el análisis de datos con perspectiva de género para identificar, entre otras cosas, la proporción de mujeres y de hombres en la organización, en cada una de las áreas y en los grupos de liderazgo, así como la distribución en los niveles de salario. Pero, sobre todo, debemos garantizar la participación de los hombres en el cierre de brechas.
De acuerdo del Instituto Mexicano para la Competitividad,
89% de los miembros de los consejos empresariales son hombres
, por lo tanto, sin sus acciones afirmativas nos será imposible avanzar con la velocidad que se requiere. El rol activo de los hombres es de tal importancia para el cierre de brechas que fue abordado en el reciente
SUMMIT EXPANSIÓN MUJERES 2023
mediante el panel “Los aliados de la causa”, en el que se destacaron prácticas que los líderes deben establecer: señalar conductas discriminatorias, corregir comunicaciones no incluyentes, participar en el patrocinio y las mentorías, crear planes de sucesión con mujeres, y establecer líneas de denuncia para temas de ética, entre otras.