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Pastillas, drogas y medicamentos, la puerta falsa

Nos hemos vuelto tan intolerantes, tan urgidos de estímulos inmediatos, que preferimos pastillas, hongos y estupefacientes...las terapias tradicionales ya son insuficientes, apunta Verónica Salame.
lun 06 febrero 2023 06:03 AM
Pastillas, drogas y medicamentos, la puerta falsa

(Expansión Mujeres) - Hola, te saluda nuevamente tu amiga cincuentona, y si esta es la primera vez que compartes tu tiempo conmigo, retomo el por qué me autodenomino así; soy de esa generación de mujeres que dice que el mejor piropo es ‘te ves de 45’. ¡Obvio que no!, en el fondo todas sabemos que se nos notan los 50 por todos lados, y ¡a mucha honra!

Algunas los llevamos mejor distribuidos, o le hemos invertido a un friego de tratamientos, cremas e inyecciones para ‘retrasar’ los años, pero de que se nos notan, se nos notan.

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‘Pero Verónica, ¿por qué tanto hincapié con tu edad?’ Bueno, porque en el polémico tema de esta entrega, a los de mi generación nos han tocado las dos caras de la moneda.

Trending topic (como dicen los chavos): ‘LA SALUD MENTAL’... calma, no cortes cartucho aún; no estoy negando la existencia de los desafortunados problemas mentales o emocionales, ni sugiriendo que la depresión sea una falacia. Pero de ahí a que todo mundo necesite estar dopado, con terapias de ayahuasca o antidepresivos, dista mucho de lo clínica y médicamente necesario; este tremendo abuso nos está haciendo caminar sobre la cuerda floja como sociedad.

¿A poco no te has topado con gente que diagnostica depresión a sus compañeros o amigos (irresponsable e improvisadamente), y les recomienda pastillitas mágicas, que si bien, no dan la felicidad, al menos te mantiene suficientemente apendejada para evitar que pruebes la amargura de la infelicidad.

En mi época del colegio, el hecho de que te sacaran del salón para llevarte con la psicóloga era suficiente para ser señalada cómo bicho raro. Y ¡ni hablar si nos enterábamos que alguien iba a terapia!... ese ya era un caso de camisa de fuerza. Nunca escuché que alguien sufriera depresión y que eso llevase al suicidio. Eran temas solamente de película.

Repito, esto es serio. No es un mito y hay gente que tristemente lo padece y, ¡que fabuloso que existen cada vez más canales de ayuda! Pero, ¿y todos los demás?

Nos hemos vuelto tan intolerantes, tan urgidos de estímulos inmediatos, que preferimos pastillas, hongos y estupefacientes...las terapias tradicionales ya son insuficientes; los hongos se han vuelto el ‘ahorro’ de 10 años de terapia en un solo viaje.... ¡Wow! ¿A dónde nos llevará todo esto? Vale la pena meditarlo.

Reflexionemos ¿por qué no hemos acariciado la posibilidad de que la felicidad no es una constante? Tan sencillo como observar que en un día habitual pasamos por todos los estados de ánimo: reímos, discutimos, nos enojamos, celebramos pequeños (y grandes) triunfos o simplemente no pasa algo extraordinario. Sí, ¡así es la vida!, una ensalada de emociones; la bronca es cuando no estamos dispuestos a ser pacientes y esperar, todo nos frustra y, por ende, nos insatisface nuestra propia vida.

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Vayamos al génesis de esto. En lugar de meterle mugre y media a nuestros niños y jóvenes, ¿no sería mejor que los dejásemos ser libres, jugar, tener más interacción y actividades físicas? ¿Hay necesidad de hacerlos tan rebuscados? ¿Vale la pena tratar de encontrar el ‘por qué’ mis hijos no son como los de mis amigas, y obligarlos a llenar nuestras expectativas?

Creo que todo sería mucho más sencillo si solo viviéramos y disfrutáramos la vida, el trabajo, nuestras relaciones y las situaciones como se nos van presentando, en lugar de sobrevivir y querer controlar cada aspecto, cada situación, cada sentimiento. Simplemente fluir y dejar ser.

Todo lo que nos metamos, consumamos y nos ‘recomienden’ los compañeros y amigos, no nos dará la felicidad ni la plenitud, por el contrario, nos hundirá más en un mundo sin sentido, del cual, salir, será muy complicado. ¿Crees que los hongos, churros, pastillas y viajes siderales, en algún punto te darán una vida larga, plena y feliz? No, no sucederá.

Mi recomendación es que tengas una vida normal, sana, disfruta tus errores y aprende de ellos, levántate y sacúdete el polvo; las vidas excepcionales y perfectas déjalas en Hollywood y Netflix, tu solo dedícate a ser HUMANAMENTE FELIZ.

Nota del editor: Verónica Salame (@Veronicasalame) es una activista social en pro de la igualdad de género, impulsora del proyecto MuXejeres. Miembro del Women International Zionist Organization (WIZO) y ex presidenta de la mesa de consejo de Children International. Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente a la autora.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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