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‘Desnormalizar’ la normalidad

Los piropos son un ejemplo de los que se ha normalizado y no tiene por qué ser así, apunta Verónica Salame.
sáb 06 agosto 2022 07:01 AM
'Desnormalizar' la normalidad
Estoy segura de que a todas las mujeres, los chiflidos y piropos callejeros nos han hecho apurar el paso o tener ganas de correr, porque para nosotras no es normal y no sabemos controlar esa situación, apunta Verónica Salame.

(Expansión) - Te saluda una vez más tu amiga cincuentona, y me refiero a mí de esa manera porque lo soy. No soy un personaje de ficción, y pertenezco a una generación que está en el limbo, en medio de todo, es decir, para las nuevas generaciones soy una ‘ruca’ y para los arriba, estoy chava.

O sea, soy de los llamados 'chavorrucos’, los que buscamos establecer comunicación con los jóvenes, pero también hay que decirlo, somos una generación que no tiene claros los nuevos términos y la naturaleza de los movimientos, por ejemplo, el feminismo, que no es nuevo y ya forma parte de la sociedad.

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Y ¿qué tal el término ‘normalizar’? Una de esas palabras que, por la brecha generacional, los baby boomers y generación X no comprendemos del todo, pero que nos afecta en grado supremo a las mujeres.

Para entenderlo mejor, normalizar es convertir en habituales y en común denominador, ciertos comportamientos e ideas a través de repetición, ideologías, propaganda u otros canales, al grado de ser consideradas naturales, y se dan por sentado sin cuestionamiento.

Te voy a poner un ejemplo muy simple, de lo que las mujeres vivimos diariamente.

En alguna ocasión, mi grupo de socias y yo hicimos un pitch de negocio a un importante asesor empresarial, un hombre mayor. Cuando terminó el meeting nos dijo ‘antes de dar mi opinión, quiero decirles que es un gusto estar en una reunión con mujeres tan guapas’ y comenzó a elogiar de cada una, a enumerar lo que le parecía una atributo atractivo, físico o de personalidad. Desde su punto de vista nos halagaba. No, no fue así.

Fue incómodo y fuera de lugar. Pero ninguna se atrevió a decir algo; lo justificamos pensando que tal vez eran piropos. La única que al final se animó a comentarlo entre nosotras, fue la más joven del equipo. Es decir, la más chica nos dio una lección.

Veamos la otra cara de la moneda; yo he tenido muchas juntas de trabajo con jóvenes atractivos, compañeros y empleados, que seguramente no me dirían nada por ser su jefa, pero mi posición jerárquica no me da derecho a decir ‘¡ay! me encanta trabajar con chavos tan atractivos’, ‘Paquito, hoy te ves especialmente guapo’, ‘Juanito, esa camisa resalta las líneas de tu cuerpo’. Inconcebible, ¿no?, NO ES NORMAL.

Los piropos son un ejemplo de los que se ha normalizado y no tiene por qué ser así. Estoy segura de que a todas las mujeres, los chiflidos y piropos callejeros nos han hecho apurar el paso o tener ganas de correr, porque para nosotras no es normal y no sabemos controlar esa situación. Para nosotras chiflar o lanzar soeces letanías a un hombre guapo, o porque salió con pantalones ajustados, no es natural.

Creo que, en tema de violencia de género, el feminicidio es la punta del iceberg; el resultado final es lo que todos vemos ¡y claro que nos causa terror! Entonces, ¿por qué no comenzar por ‘desnormalizar’ situaciones que parecen tan insignificantes como un grito, un piropo o el clásico ‘no entiendes porque eres mujer’? Son el inicio de lo que no debemos aceptar, claro, si queremos equidad y un stop a la violencia de género.

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Lo que no vemos en los innumerables (lamentables) casos de feminicidio, es que todo comenzó con un silbido, un piropo o una insinuación no correspondida, y el tema desembocó en un escándalo.

Yo, como tú, como todas las mujeres, quiero salir tranquila de mi casa, tal como lo puede hacer un hombre, sin importar el atuendo o la situación. Quiero poder arreglarme, sentir que ese día me veo especialmente bien y no al contrario; que esto no me haga sentir incómoda en ningún momento del día. Y ojo, no es que no nos gusten los halagos, para eso están nuestras parejas, ¿no crees?

Te lo explico así, porque a mí también me la tuvieron que explicar, porque soy una ‘chavarruca’ aprendiendo de los jóvenes y los no tan jóvenes, segura de que, para evolucionar, es necesario ‘desnormalizar’.

Nota del editor: Verónica Salame (@Veronicasalame) es una activista social en pro de la igualdad de género, impulsora del proyecto MuXejeres. Miembro del Women International Zionist Organization (WIZO) y ex presidenta de la mesa de consejo de Children International. Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente a la autora.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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