Las mujeres hablamos a cada rato de autocuidado pero, a la hora de ponerlo en práctica, la congruencia nos falla.
Es agotador fingir que no estamos cansadas bajo el argumento de que somos ‘mujeres exitosas’ que podemos con los roles de la buena esposa, profesional, buena hija y amiga incondicional que abraza su libro de ‘Echaleganismo’ obtenido como consecuencia del roperazo de alguien en el intercambio.
Al momento de hacer una rendición de cuentas de cómo administramos nuestra energía, simplemente los números no cuadran… y pagamos precios altos en nuestra salud física, mental y emocional.
Buscar en medio de todas las exigencias incorporar prácticas de autocuidado, no siempre es fácil. Se requiere de reflexiones conscientes y acciones concretas pero sí es posible.
Aquí hay algunas ideas para bajar el ritmo y habitar el presente:
1. Date permiso de expresar
Expresar cómo te sientes, qué necesitas, qué te gusta y qué no, qué deseas. Tus sentimientos, necesidades, gustos y deseos son importantes. Recuerda que en ambientes laborales a muchas mujeres nos cuesta trabajo levantar la mano para dar nuestra opinión por temor a la imprudencia. Sin embargo, animarte más a hacerlo te ayudará a sentirte más confiada para aportar y también a lidiar con el error en caso de que en esa ocasión tu opinión no haya sumado.
2. Respeta tus tiempos para descansar
Cuando llega el momento de dormir evita estímulos: establece un horario para dejar de usar tu celular. Hay que alejarse de la luz azul de dispositivos digitales al menos 30 minutos antes de ir a dormir. De no hacerlo el cerebro se mantiene alerta y afecta los niveles de melatonina, sustancia encargada de mantener los ciclos de sueño. Así que diseña tus propios rituales para dormir bien y profundamente: infusiones, relajaciones, baños calientes o masajes para ti o tu mascota.
3. Baja el ritmo de tu actividad en redes sociales
Date permiso de desactivar por periodos las notificaciones de tus redes sociales. Sí, lo sé, el FOMO (del
inglés
Fear Of Missing Out, “temor a perderse de algo”) no es tan fácil de sobrellevar pero piensa que si no ves ese mensaje, o no te enteras de esa mención y no la respondes, no es por falta de interés, sino porque tienes que poner límites a lo poco que sí puedes controlar. Usa ese tiempo para conectar con música, ver una buena peli, o salir a caminar con un audiolibro (mi pasatiempo favorito últimamente).
4. Crea y cuida una red de apoyo
Tus amistades, tus familiares, tus colegas de pasatiempos, de estudios, del deporte, del trabajo… ¡Hay muchas personas interesantes que te pueden enriquecer!
Si tienes pareja, evita el error de destinar todo el tiempo a tu relación amorosa, todo tiene su espacio. Leí hace poco algo muy inspirador: una pareja que acordó construir una red de apoyo para que en la vejez cuando alguno de los dos faltara, la otra persona pueda atravesar el duelo en compañía de una red de apoyo fuerte.
Disfruta de los distintos vínculos de tu vida porque todos ellos son enriquecedores, necesarios y te sostienen.