“¡Ya voy a regresar a trabajar! ¿Cómo voy a seguir mi lactancia?” Es una pregunta que miles de mujeres se hacen al terminar su periodo de incapacidad; sin embargo, responderla debe ser un trabajo conjunto entre empresas, líderes y colaboradoras. ¿Por qué? Porque todos tenemos el compromiso y la responsabilidad de contribuir a la salud de las nuevas generaciones.
El rol de las empresas en la promoción de la lactancia
Contar con un lactario en las instalaciones de la empresa o brindar flexibilidad de horario para que una madre pueda alimentar de manera natural a su bebé va mucho más allá de un acto de responsabilidad social o generosidad hacia las mujeres. Es un derecho de las mamás y una obligación como sociedad y ciudadanos, por el valor nutrimental que tiene. Sin embargo, esta acción no es la única necesaria; debemos implementar un conjunto de medidas para apoyar integralmente a las madres lactantes y fomentar un entorno laboral inclusivo y comprensivo.
De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Salud Pública de la Secretaría de Salud en México, hasta 2022, la lactancia materna exclusiva en los primeros seis meses en nuestro país alcanzaba tan solo el 33.6% de los casos. Es decir, es aún una oportunidad y una tarea pendiente, ya que previene la desnutrición y la obesidad infantil, y fortalece el sistema inmunológico de los pequeños, evitando enfermedades infecciosas.
Fomentar la lactancia materna significa invertir en el futuro y en garantizar la salud. El desafío principal es fomentar un entorno laboral inclusivo y comprensivo. Frases como “Ya está otra vez sacándose la leche” pueden escucharse en algunos equipos donde hay una mamá en la sala de lactancia. Estas palabras reflejan la necesidad que tenemos como sociedad de entender, más allá del valor de la leche materna, el impacto que la lactancia tiene en la salud de las mujeres y en el bienestar general.
Una mamá en etapa de lactancia requiere extraerse la leche periódicamente, por eso los líderes deben estar conscientes de que tomar tiempo para ello es parte de su salud y una necesidad de su cuerpo. Hay algunos casos en los que, por “aguantar” a extraerse la leche debido a estar “ocupada” en asignaciones o juntas, se generan enfermedades como infecciones mamarias, congestión, mastitis (inflamación que provoca dolor) o abscesos. Esto además de mencionar que la lactancia tiene un rol importante en ayudar al cuerpo femenino a recuperarse tras los cambios experimentados en el embarazo, como lo es el regreso del útero a su tamaño normal.
Como sociedad, necesitamos ser cada vez más vocales en impulsar la lactancia materna como algo fundamental y normalizarlo. Tanto los equipos deben ver con naturalidad -e incluso apoyar- que sus compañeras accedan a una sala de lactancia tantas veces como sea necesario, como fomentar y contribuir a que en sus propias comunidades y familias las mamás logren al menos alcanzar los primeros seis meses de vida de sus hijos e hijas.
Para lograr este cambio cultural y apoyar a las madres en etapa de lactancia, las organizaciones pueden considerar implementar algunas de las siguientes acciones:
- Realizar talleres y campañas internas para educar a todo el personal sobre la importancia de la lactancia materna y promover una cultura de apoyo.
- Establecer políticas claras que protejan el derecho de las madres a extraerse leche durante el horario laboral sin repercusiones.
- Fomentar que los líderes sean conscientes y promuevan activamente un entorno de trabajo que respete y apoye las necesidades de las madres lactantes.
- Implementar programas de mentoría donde madres experimentadas puedan guiar y apoyar a nuevas madres en su proceso de lactancia.
- Facilitar canales de comunicación para que las madres puedan expresar sus necesidades y preocupaciones relacionadas con la lactancia sin temor a represalias.
- Ofrecer beneficios adicionales como consultoría con especialistas en lactancia, acceso a grupos de apoyo y servicios de guardería.
- Realizar evaluaciones periódicas para medir la efectividad de las políticas de apoyo a la lactancia y hacer ajustes según sea necesario.
Reitero, la ejecución puede darse de manera sencilla, pero será necesario considerar un plan de implementación y cambio cultural en las organizaciones para lograr un cambio de fondo. En el marco del mes de la lactancia materna es una excelente oportunidad para poner el tema sobre la mesa, provocar la reflexión y mover a las compañías hacia un ámbito más humano, empático y con visión de futuro, enfocándose tanto en lograr colaboradoras más comprometidas y motivadas, como en contribuir a que las generaciones por venir vivan con mejor calidad de vida y salud más plena.
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Nota del editor: Laura Tamayo es Directora de Asuntos Públicos, Comunicación y Sustentabilidad en Bayer México. Síguela en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente a la autora.
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