Con la integración de más apoyo a la lactancia en eventos globales como los Juegos Olímpicos, ¿cuál es el impacto de este cambio en el contexto internacional?
La inclusión de lactarios en los Juegos Olímpicos representa un hito significativo, reflejando la creciente conciencia global sobre la importancia de apoyar a las madres lactantes, incluso en entornos competitivos. Esta medida no solo facilita la logística para las atletas madres, sino que también envía un mensaje poderoso sobre la normalización de la lactancia en espacios públicos y profesionales. Es un avance crucial para desestigmatizar la lactancia y fomentar políticas más inclusivas en empresas y organizaciones a nivel mundial, permitiendo que las madres amamanten sin tener que buscar espacios improvisados o regresar a sus hoteles.
Esta innovación es beneficiosa no solo para las mujeres, sino también para las generaciones más jóvenes. Muchos niños que se emocionan al ver deportes como el taekwondo o la natación y asisten a estos eventos, ahora observan a las mujeres amamantando con libertad. Esta visibilidad ayuda a incorporar la lactancia como una imagen positiva y normalizada en su concepción del mundo, lo que influirá en las actitudes de las futuras generaciones hacia la lactancia.
¿En qué sentido estas decisiones contribuyen a una lactancia más saludable?
Un ambiente relajado y protegido es esencial para facilitar la lactancia, ya que reduce las hormonas del estrés que pueden obstruir el flujo de leche. Al sentirse seguras y cómodas, las madres pueden amamantar más eficazmente.
¿Podrías hablar sobre los beneficios concretos de la lactancia materna tanto para la madre como para el bebé?
La leche materna contiene más de 500 componentes activos, incluyendo nutrientes esenciales, células vivas y anticuerpos que protegen al recién nacido de infecciones. Además, los ácidos grasos en la leche materna contribuyen significativamente al desarrollo cognitivo y emocional del bebé. Para las madres, la lactancia reduce el riesgo de varios tipos de cáncer, diabetes, osteoporosis y ayuda a establecer un vínculo emocional profundo con el bebé.
Tiene células vivas que nosotros les decimos anticuerpos. Por eso, cuando la mujer da leche a su recién nacido, de alguna manera lo está protegiendo porque le está pasando células de protección que el recién nacido todavía no tiene. Entonces ese es uno de los primeros beneficios que vemos, que el niño o la niña dentro de su primer año de vida no va a ver tantas infecciones gastrointestinales y respiratorias, en este grupo de edad.
También tiene beneficios que trascienden lo nutritivo, ofreciendo protecciones inmunológicas y emocionales. Para el bebé, la leche materna proporciona todos los nutrientes necesarios en las proporciones perfectas, protege contra múltiples enfermedades y promueve un desarrollo cognitivo saludable. Además, ayudan a los y las bebés con la conectividad cerebral y a tener una buena conexión emocional con su mamá a través de este vínculo de protección. Los niños lactantes tienden a ser niños un poco más seguros, porque tienen el apapacho de la mamá.
¿Y hay beneficios para las mamás?
Sí, claro. Psicológicamente, la lactancia ayuda a las madres a sentirse más relajadas y a tener menos episodios de depresión postparto. También protege contra enfermedades como la hipertensión, diabetes y varios tipos de cáncer. Estos beneficios son a largo plazo y contribuyen a una mejor calidad de vida.