Publicidad
Publicidad

¿Tus conversaciones son odiosas y no lo sabes?

Tener cierto nivel de crítica no es algo malo. Usar esta capacidad en su justa medida sirve para mantenerte alerta y tomar decisiones valiosas en situaciones potencialmente arriesgadas.
mar 25 julio 2023 05:59 AM
Oposición antiliberal
¿Qué estás haciendo realmente con tu vida? ¿Quieres ser el tipo de persona que a otras les gustaría conocer para interactuar? De ser así, haz que la calidad de tus conversaciones lo demuestren, apunta Adriana Castro.

(Expansión Mujeres) - En artículos anteriores he mencionado que el predictor más importante para la felicidad a largo plazo son las conexiones con otras personas. Tener vínculos afectivos de calidad incluye que conversemos con ellas con frecuencia. Y ¿a poco no, hay personas que tienen pláticas cautivantes? Podríamos pensar que para ser una buena conservadora hay que saber sobre muchos temas; y sí… eso puede ayudar, pero no lo es todo.

Publicidad

Recientemente leí “Mejorando las charlas”, de Patrick King. Señala que podrías ser la persona más interesante del mundo pero de nada sirve si tienes hábitos conversacionales odiosos. ¿Un ejemplo? que interpretes el mundo en términos de blanco y negro: que solo entiendas una manera correcta de ver las cosas.

Tener cierto nivel de crítica no es algo malo. Usar esta capacidad en su justa medida sirve para mantenerte alerta y tomar decisiones valiosas en situaciones potencialmente arriesgadas. También ayuda a identificar áreas de mejora, creando oportunidades para aprender y crecer.

Pero hay que tener cuidado, hay una línea bastante fina en la que fácilmente podemos caer en un territorio ofensivo.

Honestamente, fuera de unos cuantos contextos, tomar una actitud criticona tiene muy poco uso, y definitivamente resta al momento de vincularnos con otras personas. Así que revisemos si algunas de estas características aplican en ti:

- No puedes ver a las personas más allá de sus defectos.
- Saltas a conclusiones prematuras y analizas después (si es que lo haces).
- No piensas en términos de ambigüedad o escala de grises. Para ti solo existe el blanco y el negro.
- Eres intolerante con las personas que llegan a conclusiones diferentes a las tuyas.

Hay personas con actitudes agotadoras que piensan que la vida se trata de encontrar la respuesta correcta y aferrarse a ella para siempre.

Un ejemplo concreto: la gordofobia. Hoy se sabe que es un tipo de discriminación hacia quienes tienen un tamaño corporal más grande que el estereotipo del cuerpo delgado.

Uno de sus supuestos sustentos es ‘la bandera de la salud’. Se asume automáticamente que una persona gorda es poco saludable, ignorando que la salud es un tema multifacético que no puede ser determinado únicamente por el tamaño del cuerpo.

Este es un ejemplo claro de interpretar el mundo en términos de blanco o negro. El mandato de la delgadez hace de las suyas bajo el discurso de: persona delgada=salud; y persona gorda=enfermedad.

Recientemente pude conversar con dos nutriólogas que me explicaron cómo ellas han ido cambiando su mentalidad dado a que los propios profesionales de la salud han pasado por una educación gordofóbica y peso-centrista (aquella que toma al peso como el principal eje para diagnosticar) donde no se acepta la diversidad de cuerpos.

Para que ellas pudieran hacer una transición de mentalidad fue necesario cambiar sus creencias para enfocarse en la salud en lugar del peso: dejar de centrarse únicamente en el peso corporal para adoptar un enfoque más integral hacia la salud evaluando factores como la actividad física, la alimentación, la salud mental y otros indicadores de bienestar.

Así que regresando a la actitud criticona, ¿quién quiere pasar tiempo con alguien que te hace sentir juzgada atacada y te pone a la defensiva? Solo lograrás que las personas dejen de abrirse contigo.

Quienes nos dedicamos a la Psicología decimos: “¿Quieres tener la razón o quieres ser feliz?”.

¿Qué importa si estás técnicamente correcta sobre algún tema pero el precio a pagar es distanciarte de tus amigos/as?

Publicidad

¿Algunas ideas para dejar atrás esa actitud?

1. Si crees que alguien está haciendo algo mal o pensando algo mal, haz una pausa y pregúntate si simplemente no tienes suficiente información.

2. Si alguien tiene una opinión distinta, respeta. Haz preguntas sobre cómo se les ocurrió esa idea y qué información o suposiciones sostienen. Abre tu mente: podrías aprender algo nuevo.

3. Piensa en qué experiencias han tenido en su vida que pueden explicar por qué tienen una posición distinta a la tuya.

4. Si quieres ser una buena conversadora busca puntos en común de una manera respetuosa, aunque no estés de acuerdo en lo mínimo con la opinión de la otra persona.

5. Reconoce que quien opina distinto a ti no es tu enemigo/a. Se trata de priorizar la conexión con ella en lugar de estar de acuerdo al 100% o querer tener la razón.

Imagina con cuántas personas podrías tener mejores vínculos si pudieras decir: “No estamos de acuerdo, pero ¿qué importa? Cuéntame más sobre esto y aquello”.

Mejor elige tus batallas y deja de enfocarte en las cosas que no puedes cambiar. Esto se traduce en más felicidad y menos amargura.

¿Qué estás haciendo realmente con tu vida? ¿Quieres ser el tipo de persona que a otras les gustaría conocer para interactuar? De ser así, haz que la calidad de tus conversaciones lo demuestren.

___________________

Nota del editor: Adriana Castro es psicóloga y conferencista. Es fundadora de Call to Action: una comunidad online dirigida a mujeres sin hijos/as. Síguela en LinkedIn , Facebook y/o Instagram . Las opiniones en esta columna pertenecen exclusivamente a la autora.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

Publicidad

Tags

OpiniónMujeresSociedad

Health Café

Publicidad