En el último episodio de Mujeduría , Ana María comenta que al hacer la investigación para escribir su libro contabilizó la cantidad de hashtags “lords” y “ladies” que surgieron en los dos años de su investigación y su conclusión es que el 75% de los casos de linchamiento digital fue hacia mujeres. ¿A qué se debe que las mujeres somos más atacadas?
Ella explica que la razón es que somos más sensibles a la palabra y las personas torturadoras saben dónde meter la navaja. Meter la navaja es fácil cuando una mujer no se alinea al estereotipo de lo que debe ser: tierna, cuidadosa, dócil y maternal.
Justo en este tema, lo maternal, es donde me surgen varias ideas. Imagina este caso: una pareja tiene un hijo pequeño con una condición de salud que lo hace vulnerable y enfermizo. Ambos son dueños de su propio negocio, disfrutan mucho su trabajo y no quieren dejar pasar las oportunidades laborales. Ganan lo mismo. Aman a su hijo pero no piensan dejar de trabajar.
Uno de los dos decide tomar un proyecto que implica viajar mucho y pasar largas temporadas fuera de casa. Esa persona está priorizando su trabajo por encima de las necesidades especiales de su hijo.
¿A quién juzgarías más? ¿Si fuera ella? ¿O él?
Supongamos que fuera ella. Quizá este caso no llegaría a un extremo de linchamiento digital. Vámonos unas rayitas más abajo. Si ella fuera tu amiga, ¿qué le dirías?
Como mujer, ¿has hecho juicios contra otra que no es como tú? ¿Te es fácil empatizar con la situación de otras mujeres?
Ya viene el Día de la Madre y ese es todo un tema. Cualquier estatus que una mujer tenga en relación a ese rol, se juzga.
Si es mamá y trabaja, no es suficientemente buena como madre. Si elige tener un hijo, le preguntan que para cuándo la parejita y le recomiendan que tenga al segundo para que cuando ella muera, el hijo no esté solito en la vida.