También has vivido pérdidas intangibles, como los sueños que habías planeado para esta etapa de tu vida, y se han tenido que postergar o interrumpir de manera definitiva. Quizá en lo laboral, tu postulación para ascender de cargo o lanzar el emprendimiento que querías. Tal vez en lo personal, esa maestría, los planes para casarte, o el anhelo de convertirte en mamá. Sueños desmoronados por una pandemia.
Solo tú sabes si alguna de estas pérdidas ha sido significativa.
De ser así, lo óptimo es vivir su respectivo duelo. Es decir, experimentar la emoción de enfrentarte a la pérdida. Pero es difícil porque lo más común es evitar lo que se siente y querer estar “siempre feliz”.
Tal vez se está entendiendo mal este concepto. Desde la perspectiva de la psicología positiva, la felicidad se trata de darte permiso de aceptar todas tus emociones. Desde las agradables hasta las desagradables como las que se experimentan en un duelo: miedo, enojo, culpa y tristeza.
La vida no siempre es alegre y hay que aceptar que es así. Está bien dejarte llevar por el dolor de una pérdida porque es un reflejo proporcional al cariño que sientes por la persona que se fue. También se trata de reconocer tu desilusión al no poder concretar ese sueño que tanto anhelaste.
La felicidad no sólo se crea luchando por tus sueños. También se crea dejándolos ir.
Atravesar un duelo no se siente bien, pero es la mejor forma de sanar tu herida. Digerir este proceso con un acompañamiento profesional puede ser de gran ayuda. Y aunque lo más saludable es aceptar todas esas emociones desagradables que se sienten en este proceso, también es válido que eches mano de dos micro-prácticas de felicidad para sobrellevar esta etapa de una manera más llevadera y compasiva contigo.
1. Antes de ir a dormir identifica cuál fue el mejor momento de tu día. Sí, seguramente te parecerá una locura la propuesta pero aún en tu día más doloroso si haces un esfuerzo, identificarás un instante bueno. ¿El café de la mañana? ¿un amanecer radiante? o tal vez haber sido testigo de un acto de amabilidad entre dos personas. Alguien que al ver que una persona tira sus llaves por error le avisa que se le han caído para que no las pierda.
Si en ese día tan doloroso por un momento pones atención en buscar el mejor momento de tu día, generarás una pausa emocional que funcionará para recargar un poco tu energía.