(Expansión Mujeres) - El sentimiento de "soltera"/"solterona" puede evocar diferentes connotaciones y emociones. Aunque ambos se refieren a mujeres que no están casadas o en una relación romántica, hay diferencias en cómo se perciben y se interpretan.
Entre 'soltera' y 'solterona', resignificar el estado civil con empoderamiento
El sentimiento de "soltera" generalmente se asocia con una mujer que está disfrutando de su estado civil sin sentirse presionada por expectativas externas.
Me acuerdo perfecto: esta sensación la experimenté cuando estaba de mis veintes a treintas. El tiempo que estuve soltera en aquella época la viví como una elección consciente y una expresión de autonomía, en la que me enfoqué en mi crecimiento personal, en el logro de metas y en la búsqueda de la felicidad en diferentes aspectos de mi vida. Tuve trabajos diversos: desde ser psicóloga, conferencista y capacitadora… hasta trabajos divertidísimos como niñera, botarga o terapeuta de la risa. Hasta aquí, todo bien asumiendo feliz mi soltería.
Pero los años transcurrieron y el término empezó a transformarse hacia el de "solterona" que, como bien sabes, a menudo tiene una connotación despectiva. Describe a una mujer soltera, con más edad a la que se le atribuye connotaciones negativas como ser considerada "desperdiciada" o "fracasada" en términos de relaciones amorosas o maternidad.
Y, por cierto, tengo la impresión de que la percepción social de una "solterona" y un "solterón" son distintas. Considero que este término, en el caso de los hombres, no tiene connotaciones negativas tan arraigadas. Incluso se les atribuyen cualidades positivas como independencia y éxito profesional. A menudo se considera más aceptable que los hombres permanezcan solteros durante más tiempo sin ser cuestionados o juzgados en la misma medida que las mujeres.
Recuerdo que en mi caso la sensación de sentirme una solterona llegó entre los treinta y cinco y los cuarenta años. En esos años experimenté una especie de insatisfacción con mi vida, asociada con estereotipos y juicios sociales sobre mi estado civil. Sentimientos de inseguridad, vergüenza o tristeza encubiertos de un aparente ‘estoy bien así’ era común en mí en esos años.
Al reflexionar sobre ello, algunas razones por las que me sentía afectada de estar en modo “solterona” eran:
1. Presiones sociales. Existe una presión social arraigada que dicta que las mujeres debemos casarnos y formar una familia en determinado momento de nuestras vidas. Esta expectativa cultural puede hacer que sintamos que hay algo malo con nosotras si no hemos cumplido con estas normas sociales.
2. Comparación con otros. La comparación con otras personas, especialmente con aquellas que están en relaciones o han formado familias, puede generar un sentimiento de insuficiencia. Esto puede llevarnos a cuestionar nuestra propia valía y felicidad.
3. Expectativas personales. También podemos tener expectativas personales sobre cómo debería ser nuestra vida, incluyendo el deseo de formar una familia. Si estas expectativas no se cumplen dentro de los plazos que habíamos planeado, puede generar una sensación de fracaso o tristeza.
Han pasado muchos años de esa etapa. Hoy me siento muy plena con mi vida pero si hiciera una carta a mi yo de ese entonces, le diría:
“Entiendo que te sientas triste y quiero que sepas que no hay nada malo en ti. Además, toma en cuenta que no tener hijos ni pareja es una etapa que puedes aprovechar para enfocarte en tu desarrollo personal, social y financiero antes de embarcarte en la formación de una familia. Si bien el deseo de tener una familia puede ser legítimo y hermoso, invertir en ti misma en otros ámbitos puede brindarte beneficios significativos y sentar bases sólidas para el futuro.
Además, desarrollarte en otros aspectos de tu vida te permitirá construir relaciones sólidas y significativas con personas que compartan tus intereses y valores. No hay un cronograma establecido para alcanzar tus metas y aspiraciones. Aprovecha esta etapa de tu vida para invertir tiempo y energía en tu propio crecimiento personal.
Al invertir en ti misma y en tu desarrollo financiero ahora, estarás mejor preparada para enfrentar los desafíos y aprovechar al máximo todas las oportunidades que se te presenten en el futuro.
Confía en ti misma y en tus habilidades. Estoy segura de que tienes lo necesario para construir una vida llena de satisfacciones y felicidad”.
El estado civil no define el valor ni la felicidad de una persona. Cada persona tiene su propio camino y ritmo de vida, y es fundamental desafiar los estereotipos y expectativas sociales restrictivas. En lugar de dejarte llevar por la presión externa, es importante que te concentres en tu propio crecimiento personal, en el logro de metas y en cultivar relaciones y experiencias significativas, independientemente de tu estado civil.
Desafía los estereotipos y expectativas negativas asociadas con ser soltera, y en su lugar, fomenta la aceptación de diversas formas de vida y la valoración del crecimiento personal y las diferentes maneras de alcanzar la felicidad.
Nota del editor: Adriana Castro es psicóloga y conferencista. Es fundadora de Call to Action: una comunidad online dirigida a mujeres sin hijos/as. Síguela en LinkedIn , Facebook y/o Instagram . Las opiniones en esta columna pertenecen exclusivamente a la autora.
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