En México, las mujeres y los hombres tenemos los mismos derechos, al menos en papel. Sin embargo, a lo largo de la historia se han asignado roles de género y definido estereotipos que han abierto brechas en nuestra sociedad que impiden que esos derechos se materialicen.
En específico, en nuestro país pareciera estar muy arraigada la idea de que las mujeres somos cuidadoras mientras que los hombres son proveedores. Aunque esta frase te sonará de antaño, las estadísticas reflejan que esta idea se concreta en la mayoría de los hogares.
Una
mexicana destina 72% más horas
al trabajo del hogar y de cuidados que un hombre, sin recibir un peso por ello. Este tipo de trabajo, aunque necesario, es agotador y a veces ni las gracias nos dan.
Más aún, el tiempo es un bien escaso para cualquier persona. Si la mayoría del día de una mujer se invierte en cuidados sin pago, difícilmente le queda tiempo para trabajar en el mercado laboral o estudiar. Por eso, no sorprende que en México solo
cuatro de cada 10 mujeres tienen un empleo
, en contraste con casi ocho de cada 10 hombres.
En vísperas de un día tan especial quiero reafirmar el compromiso que tengo contigo para decirte, con palabras y acciones, que eres una niña capaz de lograr lo que te propongas en la vida. Para que desde tu casa no sientas distinciones con tus hermanos. Para que cuando crezcas seas libre de elegir el camino que quieras seguir, sin sentir culpa ni la sensación de que no te lo mereces.
Quiero que sepas que muchas veces no jugamos juntas porque me dedico a entender, desde mi trinchera, qué frena a las mujeres para continuar con su carrera profesional e identificar posibles acciones para acelerar cambios en favor de la igualdad.