Giovanni Lepri, representante de la Agencia de las Naciones Unidas (ONU) para los Refugiados (ACNUR), y Stacy de la Torre, titular del Área de Programas de la Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito, reconocieron la gran tradición de refugio de México.
México es el tercer país del mundo en solicitudes de asilo con 131,000 solicitudes, de las que casi la mitad son mujeres, muchas cabeza de familia que obligadas por el crimen, el desempleo o los desastres naturales huyen de su país y llegan a territorio mexicano, expusieron.
De la Torre remarcó la multiplicación de los beneficios de la migración, particularmente la femenina, a los países de destino. Explicó que favorecen la economía, la cultura, contribuyen a la paz, la seguridad y si envían recursos a sus países de origen ayudan a desarrollar a sus familias, pero experimentan discriminación, falta de protección a su salud, seguridad social.
De ahí la importancia de entender su contribución a los países de destino, para generar políticas de inclusión, señaló el funcionario al explicar que las mujeres migrantes y refugiados sufren tres niveles de discriminación, no tienen perspectiva en el país de origen ni a donde llegan, muchos de estos no son sitios seguros para vivir.