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Mujeres en la alta dirección. Redefinir el poder empresarial

Si bien el liderazgo femenino sigue enfrentando obstáculos, la manera de manejarlos es lo que marca la diferencia.
jue 06 marzo 2025 06:00 AM
Mujeres en la alta dirección. Redefinir el poder empresarial
Las mujeres de la alta dirección deben superar obstáculos emocionales y estructurales para llegar donde están, señala Lourdes Ocampo Coria.

El liderazgo empresarial está cambiando: cada vez más mujeres asumen posiciones en el C-Level, enfrentando y desafiando barreras que, hasta hace poco, parecían infranqueables. Directoras generales (CEO), directoras financieras (CFO) o directoras de operaciones (COO), entre otros roles de la alta dirección, no solo demuestran su capacidad para gestionar empresas en mercados altamente competitivos, sino que están redefiniendo el significado del poder en el mundo corporativo.

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Pero este ascenso no está exento de retos. De acuerdo con dos encuestas que apliqué recientemente – una en la Cumbre de Mujeres Empresarias de Chile y otra en el bootcamp Liderazgo de la Mujer en México –, las mujeres de la alta dirección deben superar obstáculos emocionales y estructurales para llegar donde están. Sin embargo, en lugar de ver estas barreras como límites, muchas de ellas las han transformado en impulsores para la innovación y la toma de decisiones estratégicas.

Los datos analizados en la muestra revelan una constante: el liderazgo femenino sigue enfrentando obstáculos significativos, aunque la manera de manejarlos es lo que realmente marca la diferencia. En México, las líderes encuestadas respondieron que lidian con barreras como la falta de autoconfianza, el miedo al fracaso y la sensación de aislamiento en la toma de decisiones estratégicas. Sin embargo, un 100% de ellas aún encara desafíos similares, lo que indica que estas barreras persisten con el éxito y evolucionan junto con la carrera profesional.

Por otro lado, en Chile, el escalón roto sigue siendo una barrera real: muchas mujeres han experimentado que, en la estructura corporativa, los hombres siguen ocupando la mayoría de los puestos gerenciales, lo que reduce las oportunidades de promoción femenina a niveles directivos. Además, el liderazgo de las mujeres aún es evaluado con criterios distintos: "A las mujeres se les contrata por lo que han demostrado; a los hombres, por lo que pueden llegar a ser". A pesar de ello, las empresarias chilenas han encontrado en la sororidad y el trabajo colaborativo una estrategia clave para avanzar, impulsando iniciativas que fomentan el desarrollo de más mujeres en posiciones estratégicas.

Si algo caracteriza a las mujeres en alta dirección, tanto en México como en Chile, es su capacidad para asumir riesgos estratégicos. En un entorno donde el liderazgo tradicionalmente ha estado marcado por una visión jerárquica del poder, estas líderes están demostrando que el éxito no radica solo en el control, sino en la capacidad de generar impacto y transformar organizaciones.

En México, la empresaria Marisa Lazo, fundadora de Pastelerías Marisa y consejera del Tec de Monterrey, ha sido una voz clave en la promoción del liderazgo femenino. Su visión sobre la autoconfianza y la toma de decisiones resuena con la experiencia de otras directivas en el C-Level: "Las mujeres debemos creernos que podemos ser grandes líderes, estar en los consejos de administración y tomar decisiones importantes. Tenemos que atrevernos a asumir riesgos y confiar en nuestra capacidad".

Este mensaje cobra relevancia en un contexto donde la toma de decisiones ágiles y estratégicas es un diferenciador clave para el éxito. El nuevo poder empresarial que están construyendo las mujeres en la alta dirección se basa en tres pilares clave:

- Toma de decisiones informada pero ágil: La capacidad de moverse en entornos de incertidumbre ha sido una ventaja competitiva clave.

- Liderazgo basado en la confianza y la colaboración: Más que imponer estructuras rígidas, las mujeres en alta dirección han potenciado modelos de liderazgo más horizontales y participativos.

- Innovación con impacto social: La perspectiva femenina en el liderazgo no solo busca rentabilidad, sino también sostenibilidad y bienestar para empleados, clientes y comunidades.

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En Chile, la actual presidenta de la Sociedad de Fomento Fabril (SOFOFA), Rosario Navarro Betteley, pone el acento en la diversidad en la toma de decisiones estratégicas: "Necesitamos más mujeres en espacios de liderazgo, porque la diversidad nos hace más competitivos. La presencia femenina en la toma de decisiones no es solo una cuestión de equidad, sino de inteligencia empresarial".

Su testimonio refleja un cambio de paradigma: la participación femenina en el poder ha dejado de ser una concesión para convertirse en una ventaja competitiva. Si bien los retos persisten, los datos apuntan a un cambio en las reglas del juego. Más que romper techos de cristal, esta transformación profunda se basa en construir nuevos modelos en los que el líder inspira, transforma y deja huella.

Así, en lugar de medir el poder empresarial en términos de control y autoridad, se prioriza la capacidad de asumir riesgos, superar barreras y abrir camino para las generaciones futuras. Y en este nuevo paradigma, las líderes de México y Chile están marcando el rumbo con resiliencia, propósito, pasión y sororidad.

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Nota del editor: Lourdes Ocampo Coria es líder académica del programa ejecutivo Women Leading Organizations de EGADE Business School del Tecnológico de Monterrey. Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente a la autora.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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