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¿Violencia de pareja? ¡No es normal!

Nada justifica el hecho de hacer a alguien merecedor o merecedora de ningún tipo de violencia, ni física, ni psicológica. ¡Mucho menos en la pareja!
mié 09 octubre 2024 05:05 AM
¿Violencia en pareja? ¡No es normal!
Nada, absolutamente nada, justifica cualquier tipo de agresión. No importa de dónde venga la persona, cuál sea su historia de vida, las experiencias que ha vivido o lo que haya sufrido, apunta Verónica Salame.

Hola a todas y a todos, les saluda nuevamente su amiga cincuentona. Hoy quiero compartir y tratar con ustedes un tema tan viejo como la historia misma de la humanidad y tan desafortunadamente habitual y común; la violencia en la relación de pareja. Y no, no se trata de golpes, jaloneos, gritos o arañazos; la violencia de pareja tiene más caras que un megágono (figura de un millón de lados).

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La verdad es que me sorprende el grado de involución al que la humanidad (y específicamente nuestro país) se somete diariamente, y que en pleno siglo XXI aún existan cavernícolas modernos que crean a las mujeres nos tienen que domesticar, así sin más, como si fuéramos animales; y en contraparte, tampoco dejo de señalar a las mujeres que también son violentas, agresivas y hasta peligrosas, porque de que las hay, las hay.

Hago un pequeño paréntesis ilustrativo; hace unos días fui al cine a ver la película Romper el círculo, basada en el libro del mismo nombre de la autora Colleen Hoover. Al salir de la sala le comentaba a mi esposo que me gustó mucho la manera en que manejaron el tema de la violencia, porque el filme cumple su propósito de sembrar la duda al espectador, de si fue un accidente o fue violencia (alerta de spoiler; si no la has visto y la quieres hacer, salta el siguiente párrafo).

Y hago mención de esta película, no porque me parezca extraordinaria, sino por la sensación que me generó al igual que a muchos espectadores con quienes he tenido oportunidad de comentar esta cinta. En la historia se presenta, junto a la protagonista, un marido encantador y exitoso, y que hace evidente el amor por ella; conforme avanza el filme se generan situaciones en las que, al parecer, él no quiere lastimarla, o fueron hechos totalmente accidentales sobre los cuales, él se ve tan vulnerable y lastimado que ella justifica la agresión. En el argumento de la historia no es realmente él quien actúa de esa manera, sino el niño dañado que vive en su interior. Todas y todos tenemos heridas de la infancia, sin excepción. Pero como esa, creo que hay mil y un excusas para justificar o normalizar la violencia.

Queridas amigas, queridos amigos; nada, absolutamente nada, justifica cualquier tipo de agresión. No importa de dónde venga la persona, cuál sea su historia de vida, las experiencias que ha vivido o lo que haya sufrido; nada, nada justifica el hecho de hacer a alguien merecedor o merecedora de ningún tipo de violencia, ni física, ni psicológica. ¡Mucho menos en la pareja!

Desde mi punto de vista, el tema es mucho más profundo y complejo, y me gustaría centrar la atención en la víctima; por esto en mis colaboraciones insisto tanto en la autoestima y en el amor propio, y vaya que conozco a mujeres violentadas que en apariencia son muy fuertes y seguras de sí mismas, pero aun así sufren violencia. Estos depredadores en cuestión tienen la habilidad de terminar con la autoestima de sus parejas, las hacen sentir atrapadas, culpables, o les generan tanta lástima y compasión por ellos, claro, a través de la manipulación, que se sienten merecedoras de cualquier tipo de castigo.

Y creo que aquí encaja perfectamente otra pieza del rompecabezas, la importancia de la independencia económica de las mujeres, para que no se sientan atrapadas en relaciones tóxicas y a la primera agresión, puedan poner fin a esa situación.

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Recuerden que la violencia, en primer lugar no es normal, y en segundo lugar va escalando, no inicia con un golpe o un insulto. He escuchado a mujeres decir, “es que solamente me empujó, está bromeando” o el clásico “así nos llevamos, así es él”,… Aprendamos a ver los focos rojos y sobre todo AMÉMONOS; nadie, ni hombres ni mujeres merecemos vivir maltratados.

Espero que esta columna nos sirva de reflexión; nadie cambia a una persona violenta, dejemos de justificar estos temas y evitemos abordarlos desde el romanticismo; violencia es violencia, y es inaceptable. Esa gente que se vaya con el especialista a resolver sus temas; la pareja no es el lugar indicado.

Los dejo, sigamos navegando en esta sociedad tan compleja; ya vendrán muchos más temas para desenredar.

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Nota del editor: Verónica Salame (Instagram @veronica_salame) es una activista social en pro de la igualdad de género, impulsora del proyecto MuXejeres. Miembro del Women International Zionist Organization (WIZO), ex presidenta de la mesa de consejo de Children International. Actualmente es directora de relaciones públicas de la Asociación Mexicana de Mujeres Jefas de Empresa (AMMJE). Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente a la autora.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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