(Expansión) - Cada año, el 25 de noviembre se conmemora el Día Internacional para Eliminar la Violencia contra la Mujer . Esta fecha marca el inicio de la conmemoración de varios movimientos sociales que han destacado los distintos tipos de violencia que las mujeres enfrentan en diferentes aspectos de sus vidas, especialmente en el ámbito laboral. Ejemplos de estos movimientos incluyen al #MeToo, que ha contribuido a revelar la realidad del acoso sexual en el entorno laboral, y HeForShe, una iniciativa creada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para involucrar a hombres y personas de todos los géneros en la eliminación de las barreras sociales y culturales que impiden a las mujeres alcanzar su mayor potencial.
Bienestar femenino, un compromiso inaplazable
La violencia laboral puede ejercerse por cualquier compañero de trabajo, jefes, supervisores, compañeros y otros; se manifiesta a través de comportamientos como la intimidación, el acoso verbal o psicológico, la discriminación de género, la explotación y la sobrecarga de tareas, entre otros actos perjudiciales. Estas acciones pueden tener un impacto considerable en la salud física y emocional de las trabajadoras. Además de afectar a las mujeres en cuestión pueden socavar la productividad y la calidad de vida en el entorno de trabajo, creando un ambiente desafiante y perjudicial para quienes las experimentan.
Algunos datos importantes que reflejan esta situación en México son que 27.9% de mujeres ha experimentado algún tipo de violencia a lo largo de su vida laboral; 18.1% vivió discriminación laboral; 12.2% recibió violencia psicológica y 1.9% violencia física, según la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) 2021 del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI). Estas cifras no solo son datos, reflejan a más de 11 millones de mujeres que han experimentado algún tipo de violencia en su lugar de trabajo.
Afortunadamente, en nuestro país existen leyes para erradicar los riegos psicosociales que se pueden presentar a causa de la violencia, ejemplo de ello es la NOM-035, la cual permite identificar el estado de bienestar de nuestras colaboradoras y, sobre todo, qué hacer para mitigar los riesgos que derivan en peligro laboral, como las afectaciones en el liderazgo, el síndrome de burnout, la interferencia en la relación vida-familia, la violencia y las condiciones en los espacios de trabajo.
Durante el último año, las empresas han centrado su atención en estos temas. Según datos de la Encuesta Global de Bienestar realizada por Aon, el 82% de las empresas en el país considera que la salud integral de sus colaboradores se ha convertido en una preocupación fundamental. Algunos ejemplos de estos temas incluyen la salud mental y emocional, el ambiente y cultura laboral, y la diversidad e inclusión. En Latinoamérica 70% de las empresas cuentan con políticas de Diversidad, Equidad e Inclusión (DE&I) que abordan cuestiones como la orientación sexual.
Además de estos desafíos en el ámbito laboral, las mujeres también se encuentran con obstáculos financieros que impactan su bienestar integral. La falta de educación financiera puede ser una barrera significativa, limitando su capacidad para tomar decisiones informadas sobre ahorro, inversión y planificación económica.
Algunas medidas que me gustaría que tomemos en cuenta y abordemos para el bienestar de nuestras colaboradoras son:
- Tolerancia cero: Debemos crear espacios seguros y establecer políticas para combatir los comportamientos violentos que persisten en algunas organizaciones. Esto implica cambiar las actitudes culturales actuales y prevenir que estas actitudes se transmitan a futuras generaciones.
- Liderazgo equitativo: Es fundamental reconocer y valorar a nuestras colaboradoras en todos los niveles jerárquicos. Un análisis de equidad en los puestos y programas de liderazgo femenino son pasos en la dirección correcta para asegurar que las mujeres tengan igualdad de oportunidades para avanzar en sus carreras.
- Educación financiera para ellas: Implementar programas de educación financiera diseñados especialmente para ellas pueden ser muy útiles para mejorar la comprensión de conceptos financieros básicos, planificación presupuestaria, ahorro e inversión.
- Promover a más mujeres en posiciones directivas: incluir voces femeninas en la junta directiva no sólo permitirá tomar en cuenta diferentes puntos de vista a la hora de tomar decisiones, también enviará un mensaje claro a los empleados sobre la visión de la empresa en cuanto al papel de la mujer en la estrategia, la operación diaria y cómo erradicar la brecha de género.
En un mundo en constante evolución, donde la igualdad de género, la diversidad y la equidad en el entorno laboral son pilares fundamentales de una sociedad justa y progresista, es imperativo que detengamos nuestra marcha, analicemos nuestras acciones y nos comprometamos con el bienestar de nuestras colaboradoras, el cual no es un lujo sino un compromiso y un derecho humano fundamental que debemos asumir como individuos y organización.
Solo cuando todas nuestras colaboradoras se sientan seguras, valoradas y empoderadas podremos alcanzar nuestro potencial pleno como empresa. Es hora de actuar con determinación y hacer que estas palabras se conviertan en acciones concretas que transformen la realidad de las mujeres en el entorno laboral.
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Nota del editor: Patricia Barra es Head of Wealth LatAm Aon. Síguela en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente a la autora.
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