Publicidad
Publicidad

De la cancha al algoritmo: el eco digital del machismo

La violencia digital contra las mujeres no es un accidente, sino una consecuencia directa del diseño de las plataformas y de la cultura digital que se ha normalizado.
lun 11 agosto 2025 06:00 AM
federacion mexicana de futbol multa al chicharito
El caso de Javier Hernández no es aislado, representa una voz de violencia latente contra las mujeres, que busca deslegitimizar los esfuerzos de la paridad de género, considera Alejandra G. Marmolejo.

El espacio público digital, que debería ser un foro de deliberación, se ha convertido en una arena de confrontación para someter las opiniones de grupos violentados estructural e históricamente. Las recientes declaraciones de Javier Hernández “Chicharito” no son triviales; reflejan las recientes olas de contenidos con tintes conservadores y violentos hacia la autonomía del género femenino. Y cuando los argumentos son emitidos por mujeres, los comentarios hostiles rayan fácilmente en los insultos que refuerzan la violencia de género.

Publicidad

De acuerdo con datos de Brand 24, el 48% de las opiniones emitidas en plataformas digitales hacia el delantero del equipo de futbol Chivas muestran sentimientos negativos, y el 40% refleja sentimientos neutrales. Sin embargo, un nada despreciable 12% revela opiniones positivas hacia este caso mediático. Aunque se trate de una minoría de usuarios que defienden al “Chicharito”, son opiniones que demuestran la tendencia de un secor de redes sociales que buscan volver al conservadurismo. Brand 24 también señala que el 54% de la conversación en plataformas digitales sobre este tema ocurre en X, red social que radicaliza los discursos de manera abierta para enganchar a sus usuarios.

X, la plataforma anteriormente conocida como Twitter, es terreno fértil para la confrontación entre usuarios con ideologias antagónicas, y se ha transformado en una catalizadora de narrativas que refuerzan la condesendencia hacia temas de género perniciosas, como roles de género tradicionales.

Desde el cambio en sus algoritmos hacia estrategias más permisivas, como la detonación de discursos “controversiales”, la plataforma ha favorecido perfiles que incentivan estas narrativas, como la preponderancia de los roles masculinos sobre los femeninos. Los discursos de corte machista que se promueven en X tienden a la virilidad, la sumisión femenina o el desprecio hacia las estructuras ideológicas que rompen con ese binomio. No es coincidencia: el algoritmo de X motiva la interacción y el engagement; no pretende formentar la veracidad de datos, ni el cuidado hacia ideas distintas a las disruptivas. De esta manera, los comentarios de usaurios que son viscerales, reaccionarios y provocadores ascienden en la jerarquía de visibilidad.

Este fenómeno no sólo influye en temas relevantes para la discusión de derechos y estudios de género, también redefine las jerarquías discursivas: quien se expresa de manera radical, tiene mayor alcance longitudinalemente en redes sociales digitales, y es capaz de diseminar su discurso de manera efectiva. Así, influencers con posturas ultraconservadoras acumulan seguidores y monetizan su hostilidad, mientras que perfiles activistas que defienden sus causas, sin importar si son progresistas o no, enfrentan acoso sistemático en mayor medida. En este ecosistema, las ideologías antagónicas se imponen unas a otras como referencias “naturalizadas”, donde toda disidencia es castigada con burla, descalificación o violencia digital. La estructura algorítmica de X, en lugar de generar debate, se ha transformado en una trinchera: un espacio donde lo conservador no sólo se tolera, sino que se recompensa con mayor alcance entre usuarios.

Publicidad

La violencia digital contra las mujeres

Un estudio publicado por la ONU MUJERES en 2021, señala que el 73% de las mujeres usuarias de internet en México ha expermientado violencia digital. El mismo docuemento revela que 9.4 millones de mujeres en México han experimentado ciberacoso. Aquellas usuarias que utilizan las plataformas digitales para promover contenidos –divulgadoras, activistas, periodistas y académicas— son más vulnerables a recibir ataques en internet. Estas agresiones tienen que ver con la condición de género y no con los argumentos que defienden la obra intelectual de las usuarias. El desacuerdo con usuarios de ideologías contradictorias es común, pero no deberían normalizarse las agresiones verbales y términos peyorativos que rayan en la discriminación.

En esta columna hemos hablado sobre el bajo nivel de objetividad en las controversias que surgen de plataformas digitales. Pero de vez en cuando es necesario señalar la violencia de género que toma muchas expresiones en internet, como el retroceso en la equidad narrativa entre hombres y mujeres, en especial en redes sociales digitales. El caso de Javier Hernández no es aislado; representa una voz de violencia latente contra las mujeres, que busca deslegitimizar los esfuerzos de la paridad de género. Debemos poner atención en las discuciones que ocurren en plataformas, y denunciar cualquier acto de violencia digital.

_____

Nota del editor: Alejandra G. Marmolejo es profesora y candidata a Doctora en Política Pública del Tecnológico de Monterrey. Es miembro del Observatorio de Medios Digitales de la misma institución. Síguela en Threads como @alegmarmo. Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente a la autora.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

Publicidad

Tags

OpiniónMachismoJavier HernándezViolencia de género

Health Café

Publicidad