Las mujeres desempeñamos un papel fundamental en el desarrollo humano sostenible, gracias a nuestra fortaleza, inteligencia y capacidad para gestionar los recursos. La relación que tenemos con el medio ambiente y nuestro entorno se da porque culturalmente se nos ha asignado un rol de cuidado, el cual se relaciona estrechamente con el manejo del agua, los alimentos y la energía en los hogares. De esta manera, las mujeres en todo el mundo nos involucramos diariamente en diversas actividades relacionadas con los recursos naturales y los ecosistemas.
A través de nuestra influencia y acciones podemos promover el equilibrio entre el progreso económico, social y ambiental, fomentando la resiliencia y la preservación del medio ambiente para las generaciones futuras. Nuestra capacidad para generar cambios positivos hace que nuestra participación sea esencial para la consecución de estos objetivos.
No obstante, persiste una restricción en la comprensión del papel crucial que podemos desempeñar, el cual está estrechamente reforzado por patrones culturales y roles de género desiguales y arraigados. La lucha por hacernos de espacios en la toma de decisiones fundamentales para el uso correcto de recursos como el agua, la tierra o los bosques, es constante y en ocasiones frustrante.
Por lo tanto, considero crucial incorporar la perspectiva de género en la planificación y supervisión de medidas destinadas a una gobernanza más efectiva de los recursos naturales, así como invertir en nuestro liderazgo y en el respaldo de nuestras redes de apoyo.
La Estrategia de Montevideo para la Implementación de la Agenda Regional de Género, en el marco del Desarrollo Sostenible hacia 2030, contiene varias recomendaciones que impulsan la participación de las mujeres en temas de sostenibilidad que quisiera destacar:
- Empoderamiento económico de las mujeres. La estrategia reconoce la importancia de promover el acceso de las mujeres a recursos económicos, incluyendo el financiamiento y los medios de producción, para su participación en proyectos sostenibles.
- Educación y formación. Se destaca la necesidad de garantizar la igualdad de oportunidades en la educación y la capacitación, promoviendo su participación en áreas relacionadas con la sostenibilidad y la ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés).
- Participación política y toma de decisiones. Se insta a incrementar la presencia y la participación de las mujeres en los espacios de toma de decisiones relacionados con la sostenibilidad, tanto en el ámbito público como en el privado, a través de medidas afirmativas y políticas de igualdad de género.
- Salud y bienestar. La estrategia reconoce que el acceso a servicios de salud sexual y reproductiva de calidad es fundamental para el empoderamiento de las mujeres y su participación en proyectos de desarrollo sostenible.
- Prevención y erradicación de la violencia de género. Se hace hincapié en la importancia de prevenir y eliminar todas las formas de violencia contra las mujeres y las niñas, incluyendo la violencia ambiental y la explotación de los recursos naturales.