Este desarrollo se debe, en gran parte, al uso y aplicación de tecnología en la agricultura. Entendiéndose por tecnología a todos los avances que han permitido optimizar los procesos. Ejemplo de esto es el uso de nutrientes a los suelos, que no sólo buscan mejorar el rendimiento de los cultivos, sino que, además, tienen el objetivo de cuidar la salud de estos, ya que se reconoce que, gracias a ellos se puede contrarrestar el calentamiento global y garantizar la producción alimentaria.
En el marco del Día Mundial del Suelo, es importante resaltar la necesidad de la digitalización y capacitación en esta área, para lograr un mejor rendimiento en los cultivos, nutrirlos idealmente, formar parte de comunidades, así como de más y mejores rutas comerciales.
Al igual que en el futbol, con el avance del video arbitraje y su evolución, ahora presente en el Mundial, la tecnología también está dentro de este entorno, convirtiéndose en un estandarte importante para su desarrollo e influencia.
Ello debido a que para evolucionar el agro será necesario el impulso de herramientas digitales que estén al alcance de las y los productores, y que les permita conocer de manera más certera el estado de salud de sus parcelas, así como de las condiciones climáticas que las rodean para utilizar de manera más estratégica la aplicación de nutrientes y de agua.
La importancia de la participación femenina en el segmento agrícola es crucial, así como su liderazgo ya que de acuerdo con Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la producción agrícola en los países en desarrollo aumentaría entre 2.5% y 4% y, el número de personas desnutridas en el mundo también se vería reducido, si la fuerza laboral femenina tuviera el mismo acceso a la tierra que los hombres.
En este sentido, la agricultura moderna, enfocada en estrategias sostenibles y en pleno proceso de digitalización, debe contemplar el acceso equitativo a las oportunidades de producción, al mismo tiempo que se centra en las expectativas del consumidor consciente, sobre todo en un contexto en el que los consumidores demandan cada vez más que toda la cadena de valor sea justa y responsable con el ambiente y con las personas.
Particularmente en México, el sector agropecuario mantiene una relevancia económica, ya que representa cerca del 8% del PIB Nacional, al mismo tiempo que genera alrededor de 7 millones de empleos, según
datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe
(CEPAL).
El acceso a nuevas herramientas tecnológicas, así como capacitaciones necesarias, financiamiento y educación agrícola, empoderan a las mujeres emprendedoras que buscan impulsos para el crecimiento y mejoramiento de su producción.