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La fuerza que también mueve al campo

Hoy más que nunca, las mujeres del campo deben ser el foco de atención de las políticas nacionales para dignificar y mejorar sus condiciones de vida. No nos olvidemos de ellas, señala Laura Tamayo.
mié 15 diciembre 2021 11:59 PM
dia del maiz en mexico
La realidad es que existen millones trabajando en el campo, implicadas y motivadas por sacar adelante su futuro personal y el de sus comunidades, apunta Laura Tamayo.

(Expansión Mujeres) - Hace 14 años, la Asamblea General de la ONU estableció el Día Mundial de las Mujeres Rurales como una fecha para reconocer su importante rol en el campo, así como el impacto de su trabajo en la seguridad alimentaria, sin embargo, actualmente con la pandemia del COVID-19, la conversación ha girado en torno a cómo las organizaciones han tenido que repensar y reinventar la composición de su fuerza laboral, concentrando sus esfuerzos en mantener la salud física y mental de sus colaboradores, además de adoptar medidas que permitan mantener su operación de una manera segura.

¿Pero qué pasa en el campo? Datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) indican que tan solo en América Latina, las mujeres rurales representan el 29% de la fuerza laboral. Asimismo, ellas cumplen con la labor de ser jefas de hogar y el sustento de sus familias, pero pese a ser una pieza clave en nuestro sistema alimentario, aún enfrentan diversos obstáculos para ejercer sus derechos.

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Muchas de ellas se encuentran en situaciones económicas desfavorables y se ven más afectadas en temas de desigualdad al momento de querer tener acceso a recursos económicos y naturales, capacitaciones, tecnología, créditos, salud, educación y espacios de participación.

Por ello, me parece fundamental reivindicar el papel de estas mujeres en nuestra sociedad, así como reconocer el aporte que tienen en materia de los cumplimientos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU. Empoderarlas en un imperativo si queremos obtener un crecimiento económico inclusivo y sostenible es necesario acercarnos a ellas y conocer de primera mano sus necesidades, abrir espacios donde ellas puedan intercambiar experiencias y conocimientos.

En el mundo hay muchos casos de éxito de emprendimientos llevados a cabo por mujeres rurales que necesitan ser reconocidos y trasmitidos con el propósito de tener una mayor participación femenina en consejos rectores u órganos de decisión de cooperativas o entidades representativas.

El trabajo de las mujeres rurales es esencial desde el punto de vista económico, social, cultural y medioambiental. Tienen una serie de cualidades que las hacen merecedoras de una mayor atención para que su situación mejore. De igual forma, es necesario romper con muchos de los estereotipos que aún existen sobre la mujer rural y que permean a nuestra sociedad, donde son vistas como mujeres mayores, sumisas y resignadas que no hacen nada por mejorar su situación.

La realidad es que existen millones trabajando en el campo, implicadas y motivadas por sacar adelante su futuro personal y el de sus comunidades.

Para empezar a cambiar estas brechas estructurales es necesaria la cooperación entre sociedad civil, gobierno y sector privado, para implementar políticas y estrategias enfocadas en visibilizar el trabajo y aportación de las mujeres rurales y así romper con la brecha de género, pobreza y acceso a oportunidades que aún prevalecen. Desde nuestra trinchera, la empresarial, debemos hacer un abordaje en dos vías, la económica y la social.

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Cuando hablo de vía económica, me refiero a todo aquello que tenga que ver con educación y capacitación orientadas al desarrollo sostenible, y que les proporcione herramientas para el desarrollo de sus propios emprendimientos. Que puedan aprender de tecnologías, métodos de producción, habilidades de negocio, productos y mercados, y por qué no, de habilidades de vida como la gestión de la salud y la toma de decisiones.

Desde el punto de vista social, es fundamental la participación de redes, colectivos y/o cooperativas que ayuden a desarrollar el talento del género femenino en el campo mexicano.

Es indispensable que los programas públicos vayan encaminados en tener un enfoque de equidad e inclusión para combatir las desigualdades entre hombres y mujeres y construir nuevas masculinidades en los hombres rurales. Hoy más que nunca, las mujeres del campo deben ser el foco de atención de las políticas nacionales para dignificar y mejorar sus condiciones de vida. No nos olvidemos de ellas.

Nota del editor: Laura Tamayo es Directora de Asuntos Públicos, Comunicación y Sustentabilidad en Bayer México. Síguela en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente a la autora.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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