Muchas de ellas se encuentran en situaciones económicas desfavorables y se ven más afectadas en temas de desigualdad al momento de querer tener acceso a recursos económicos y naturales, capacitaciones, tecnología, créditos, salud, educación y espacios de participación.
Por ello, me parece fundamental reivindicar el papel de estas mujeres en nuestra sociedad, así como reconocer el aporte que tienen en materia de los cumplimientos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU. Empoderarlas en un imperativo si queremos obtener un crecimiento económico inclusivo y sostenible es necesario acercarnos a ellas y conocer de primera mano sus necesidades, abrir espacios donde ellas puedan intercambiar experiencias y conocimientos.
En el mundo hay muchos casos de éxito de emprendimientos llevados a cabo por mujeres rurales que necesitan ser reconocidos y trasmitidos con el propósito de tener una mayor participación femenina en consejos rectores u órganos de decisión de cooperativas o entidades representativas.
El trabajo de las mujeres rurales es esencial desde el punto de vista económico, social, cultural y medioambiental. Tienen una serie de cualidades que las hacen merecedoras de una mayor atención para que su situación mejore. De igual forma, es necesario romper con muchos de los estereotipos que aún existen sobre la mujer rural y que permean a nuestra sociedad, donde son vistas como mujeres mayores, sumisas y resignadas que no hacen nada por mejorar su situación.
La realidad es que existen millones trabajando en el campo, implicadas y motivadas por sacar adelante su futuro personal y el de sus comunidades.
Para empezar a cambiar estas brechas estructurales es necesaria la cooperación entre sociedad civil, gobierno y sector privado, para implementar políticas y estrategias enfocadas en visibilizar el trabajo y aportación de las mujeres rurales y así romper con la brecha de género, pobreza y acceso a oportunidades que aún prevalecen. Desde nuestra trinchera, la empresarial, debemos hacer un abordaje en dos vías, la económica y la social.