La buena noticia es que un solo gerente o colega puede marcar la diferencia para sus diversos compañeros de equipo, ¡y cualquiera puede ser más inclusivo si trabaja en ello!
Me gustaría compartir algunos ejemplos anónimos que prueban el punto.
1. Compañeros que desarrollan la confianza al ver a los demás por quienes son y su potencial, incluso si son diferentes a ellos mismos. “Walter” era socio de McKinsey, una firma consultora conocida por ser de élite y aburrida. Yo era una nueva consultora, recién egresada de la universidad y no estaba segura de mí misma en un entorno corporativo tan refinado.
Walter era mi supervisor y, durante mi primer ciclo de revisión, me dijo: “Puedes ser partner aquí algún día. Tus clientes confiarían en ti y te querrían". A partir de ese día, caminé unos centímetros más alto, sintiendo que tenía el respaldo que necesitaba. Sentí que pertenecía.
2. Compañeros que se involucran y dan su tiempo. El “profesor K” impartía un seminario de élite de 15 estudiantes en Stanford, seleccionados entre cientos que se postularon. Me alegré que me aceptaran, pero me intimidaron más allá de toda medida.
Durante nuestra primera reunión uno a uno, se enteró de mi historia y mis miedos por ser la primera persona en mi familia en ir a la universidad. Él se esforzó por dedicar tiempo extra en nuestras reuniones semanales para darme comentarios adicionales y ayudarme con mis ensayos, reforzando mi confianza.
3. Compañeros que escuchan más de lo que hablan. Otro colega inclusivo fue "Andy", un compañero de trabajo en una empresa que era particularmente no inclusiva y muy “de cuates”. Andy vio que me sentía menospreciada y que otros compañeros hablaban por encima de mí en varias reuniones, y me defendió cuando mi propio gerente no lo hizo.
Después de algunas reuniones difíciles, se acercaba a mí para ver cómo estaba y se convirtió en un confidente cercano y un mentor no oficial sobre cómo ganar más influencia a pesar de la adversidad.
Si tienes una sola persona sub representada en su lugar de trabajo y, especialmente si la cultura no es particularmente inclusiva, puedes tener un impacto enorme con solo escuchar. Cuanto más escuches, más empático se volverá tu punto de vista y habrá menos probabilidades de que estés alejado de la realidad sobre temas de inclusión en el trabajo.