Es común que los medios y las marcas enaltezcan el rol de la mujer… principalmente un arquetipo de mujer: la que está casada (siempre y cuando sea con un hombre) y tiene hijes.
Y para todas las que no entramos en ese arquetipo ¿cómo nos representan? tristemente nada bien.
Quienes no somos madres solemos tener el personaje de egocéntricas o amargadas que preferimos la vida profesional por encima de la crianza. También simbolizamos roles infantiles en los que ‘aún no hemos madurado’ y, motivo por el cual, no ejercemos la maternidad.
Pareciera que el estatus de completud solo se logra teniendo hijes y pareja.
Hace unos días platicaba con Camila Trombert, Directora de la Agencia Creativa Guoman y me comentaba que hay muchos estereotipos negativos.
Por ejemplo, si una mujer es soltera, significa que tiene un carácter difícil… es complicada. No puede ser una mujer buena onda. Algo malo debe tener… de otra forma estaría casada.
Otra idea común es que una mujer que no tiene hijes y tampoco quiere ser la mejor profesional -porque tampoco es tan competitiva- no debe salir en la foto. Porque al menos debería ser exitosa en el trabajo dado a que no tuvo hijes.
En otras palabras, una mujer sin hijes debe ser brillante en lo profesional para justificar su no maternidad.
Esta última idea resonó tanto en mi cabeza haciéndome pensar en cuántas veces no me he permitido descansar o tener momentos de ocio porque pienso que eso no es trascendente. Me exijo que debería estar enfocando mi energía a mi negocio y a mi crecimiento profesional ya que es lo único con lo que podría dejar un legado. Ay, no; yo solita haciéndome presa del estereotipo. Y yo que ya quería darme de alta de la terapia.
Otro planteamiento que también lamentablemente se comunica es una dimensión binaria en la que se representa a quienes son solteras en términos de blanco o negro, todo o nada… feliz o infeliz.
El otro extremo es que los medios presenten el estereotipo de la mujer, que si es soltera, debe ser extremadamente feliz, libre y sin problemas. Camila considera que debería naturalizarse que las mujeres solteras, aunque estén cómodas con su estatus, también es normal que tengan deseos de ir al cine con una pareja. No reducir el discurso a “ella eligió estar soltera, entonces no debe anhelar ningún aspecto de la vida en pareja”.