Reconocer el papel de las mujeres y las niñas en la ciencia no sólo como beneficiarias, sino también como agentes de cambio, ayudará a acelerar el progreso hacia una mejora continua en los agentes que intervienen en los hábitos de higiene y desinfección.
Por otro lado, la promoción de hábitos de vida saludables cobra especial importancia durante la infancia y la adolescencia por varios motivos.
En primer lugar, porque es una época en que las familias son más permeables a estas recomendaciones por estar implicadas en el cuidado de los hijos; en segundo, los hábitos que aparecen desde los primeros meses de vida se van consolidando a lo largo de la infancia y de la adolescencia; y, por último, porque es imprescindible para la construcción de una persona sana en todas sus dimensiones física, mental, espiritual y social.
Actualmente nos encontramos en un momento clave para reimaginar el futuro de la niñez, de replantear soluciones de manera innovadora para asegurarle a cada niña y niño, el acceso pleno a sus derechos y la construcción de un equilibrio emocional, el cual proporciona un mecanismo importante para su educación, buenos hábitos y la integración social, pues no podemos permitir que las cifras actuales sigan vigentes y solo contar con un 24% de participación de mujeres en centros de investigación. Debemos de generar conocimiento e innovación.
Nota del editor: Charlotte Löfgren-Rowe es Directora de Marketing de México y Centroamérica, Reckitt Higiene e impulsora del Programa Contigo de Lysol. Síguela en
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