Es innegable que ha habido mejoras. Las empresas se están dando cuenta de que la diversidad en el lugar de trabajo no es solo lo que es justo y equitativo, sino también lo que hace que la empresa sea más productiva y sostenible.
Después de todo, es en la pluralidad de mentes y pensamientos donde surgen las mejores ideas, soluciones y productos.
Las mujeres profesionales enfrentan un obstáculo particular a lo largo de su trayectoria profesional. Muchas veces la gente intentará insertarlas en cajas y etiquetas predeterminadas. Cuando eso sucede, es fundamental que sepamos quiénes somos.
Siempre digo que la autoconciencia es una herramienta poderosa contra cualquier concepto erróneo que alguien pueda tener sobre ti. En mi carrera, me he enfrentado a eso muchas veces, con superiores que tenían estándares diferentes en comparación con mis compañeros masculinos.
Como mujeres, a veces es un desafío atravesar este tipo de situaciones inaceptables, pero debemos alzar la voz e impulsar el cambio.
Mi consejo para las mujeres que buscan convertirse en líderes es simple: no dejes que nadie defina quién eres. Tenemos que alzar nuestra voz. No esperaremos a que lleguen tiempos mejores para hacernos cargo de nuestras propias carreras y debemos ayudar a allanar el camino para los que nos siguen.
No basta con contratar una fuerza laboral diversa; también tenemos que crear un entorno en el que todos sientan que pueden ser ellos mismos.