Las causas y los efectos están relacionados con distintas variables socioculturales que hemos atravesado a lo largo de la historia, entre ellas:
- Disparidad salarial entre hombres y mujeres. Existe una desigualdad salarial entre posiciones ocupacionales y escolaridades similares de las mujeres para desempeñar cargos de liderazgo dentro de las organizaciones.
- Carrera laboral trunca. Existen muchos casos de aquellas que salen de la fuerza laboral o reducen su jornada para dedicarse a actividades no remuneradas como la maternidad. Esto derivado de una construcción social en la que el cuidado de los hijos recae sobre nosotras.
- Discriminación en el lugar de trabajo. Dentro de la sociedad mexicana existen estereotipos de género que nos limitan para desempeñarnos en igualdad de condiciones, sobre todo para puestos y sectores en específico que históricamente han ejecutado los hombres.
- Diseño de los planes de pensiones. Estos, tanto públicos como privados, no están diseñados para absorber el impacto adverso que genera una mayor esperanza de vida en las mujeres.
Para comenzar a reducir esta brecha es importante hacer cambios realistas que ayuden a construir una sociedad en igualdad de condiciones. Para logarlo, algunas acciones pueden ser:
-Las instituciones públicas y privadas deben evaluar sus políticas de remuneración salarial para que sean equitativas entre hombres y mujeres, así como incluir paridad en el desempeño de puestos de liderazgo.
- Proporcionar cuidado infantil asequible y de calidad para alentar a las mujeres en su reintegración a la fuerza laboral. Al mismo tiempo, incluir dentro de las organizaciones nuevos esquemas y políticas de maternidad y paternidad compartida, así como esquemas de cuidado infantil para madres y padres solteros.