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La factura más alta de la pandemia la pagamos las mujeres

La equidad empieza en casa. Las tareas de la casa y las del cuidado, así como las oportunidades laborales, no tienen género, apunta Ana Peña.
vie 26 marzo 2021 12:00 AM

(Expansi´´on Mujeres) - ¿Por qué el 8 de marzo (8M, Día Internacional de la Mujer) las calles se siguen viendo inundadas? Después de 110 años de lucha por alcanzar la equidad de género, aún no se ha logrado. Las mujeres también le hacen frente a la pandemia en desigualdad de condiciones. Las crisis nunca son neutrales en materia de género y el COVID-19 ha venido a subrayarlo.

De acuerdo con los pronósticos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), aproximadamente 140 millones de empleos de tiempo completo podrían perderse como consecuencia de la pandemia, y de estos despidos, las mujeres tienen 10% más de probabilidad de quedar desempleadas.

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Recientemente hemos visto el fenómeno de las “nenis” o “mujeres luciérnaga”, quienes venden productos o servicios a través de redes sociales, es decir, en la economía informal. Si bien han sido motivo de burla en redes, ellas han respondido “por lo menos no somos ninis”.

La realidad es que las mujeres que son pilar para su familia hacen lo posible con los recursos a su alcance para salir adelante. Y lo han logrado mediante la economía informal.

Estadísticamente, a nivel mundial, las mujeres con un trabajo formal se desempeñan en las industrias que han sido las más afectadas, como la de alimentación, el sector salud e industrias del entretenimiento. Se calcula que, a nivel mundial, el 58% de las mujeres trabaja en el sector informal, y que durante el primer mes de la pandemia (2019), este grupo perdió 60% de sus ingresos.

De acuerdo con ONU Mujeres, además de la disminución en ingresos, se disparó la carga de trabajo doméstico y de cuidado no remunerado, debido al cierre de escuelas y guarderías, sumado a las labores del hogar y cuidado de enfermos y familiares de la tercera edad. Adicionalmente, en Latinoamérica, las responsabilidades del hogar suelen recaer en las mujeres.

Este año demostramos que hacer home office sí es posible, sin embargo, las mujeres se toparon con otro problema: los micromachismos. Por ejemplo, maridos que se preguntan ¿por qué si trabajaban desde casa, el hogar no está impecable? Sorpresa: la responsabilidad no sólo es de ellas. Y realmente las mujeres no pueden con todo, cuidar de los hijos, limpiar, cocinar, ser maestras y tener 5 juntas seguidas en Zoom.

La equidad empieza en casa. Las tareas de la casa y las del cuidado, así como las oportunidades laborales, no tienen género.

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Ha sido difícil la adaptación a este esquema durante el primer año de la pandemia, en muchas ocasiones únicamente hay una sola computadora por hogar, a la que tiene prioridad de uso el “hombre de la casa”, después los hijos y finalmente las mujeres. Es preocupante saber que, por la pandemia, 5.2 millones de alumnos de todos niveles no continuaron estudios en 2021.

La pandemia podría hacer retroceder los avances en derechos de las mujeres dos décadas y media, ¡25 años! La falta de educación e inseguridad económica, aunados a la pandemia, han incrementado el riesgo de sufrir violencia de género.

Sin los suficientes recursos o apoyos económicos, las mujeres no pueden, en muchas ocasiones, alejarse de parejas abusivas. Por ello hemos visto cómo los índices de violencia hacia las mujeres y de problemas de salud mental han aumentado durante este último año.

¿Cómo puedo ayudar?

Cada quien puede ayudar desde su trinchera a crear mayor conciencia. En las compañías toca fomentar la diversidad. No sólo de género. Necesitamos más puntos de vista para poder llegar a una verdadera inclusión y una visión más completa del panorama global.

Necesitamos crear una red de mujeres apoyando a mujeres donde se expongan los retos y se dé voz a quien más la necesita. Este año en el 8M, las mujeres nos demostraron que no existen muros lo suficientemente altos.

“Si las mujeres no tenemos un lugar en la mesa para decidir sobre nuestro futuro, estamos alimentando el sesgo de los sistemas sin darnos cuenta”: Melinda Gates.

Nota del editor: Ana Peña es directora de comunicación de Intel Americas. Síguela en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente a la autora.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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