Empecemos por la resistencia al cambio. Estamos en una era de transformación digital, significativamente impulsada por las consecuencias traídas por la pandemia; no obstante, muchas empresas parecen resistirse a ese cambio. Adaptan la seguridad cibernética exigida por ley o las mínimas requeridas en los estándares internacionales, pero no parecen ir más allá, no parecen estar interesadas en generar un cambio o un impacto importante en la materia.
Muchas empresas presentan un desafío cultural al momento de implementar o fortalecer una estrategia de ciberseguridad; la resistencia o falta de aceptación al cambio son factores que no colaboran con la evolución en la materia, la manera en la que históricamente han funcionado las empresas puede ser un obstáculo para llegar a una adecuada evolución tecnológica, incluso más allá del presupuesto o la falta de recursos.
Esta misma falta de interés o aceptación del cambio es lo que en mi concepto no ha permitido incrementar la participación del rol de la mujer en el sector.
En mi experiencia en el sector de seguros en riesgos cibernéticos, constantemente tengo que trabajar con las áreas de tecnología de empresas de diferentes sectores, desde la industria financiera, hasta la de manufactura, energía y petróleos, y me atrevo a decir que menos del 5% de las personas encargadas de esta área son mujeres.
Los hombres desempeñan un rol importante en esta materia y mi intención no es demeritarlo, por el contrario, considero que el fortalecimiento del rol de la mujer en estos campos se complementaría con el del hombre. Parte de ese desafío cultural que hay que superar es dar más oportunidades a las mujeres o incentivar su participación.
Hombres y mujeres, a pesar de merecer una igualdad de derechos, no son iguales, su visión, intereses, y forma de afrontar las crisis son diferentes; por ende, considero que el aporte del género femenino en las áreas de tecnología y ciberseguridad de las empresas sería de gran valor, las mujeres suelen dar prevalencia a temas que los hombres no necesariamente ven, por ende, significaría un complemento muy valioso.
En el sector seguros, puedo decir orgullosa que el rol de la mujer es muy activo, la mayoría de los líderes en riesgos cibernéticos en Latinoamérica son mujeres, mujeres que entienden, conocen y manejan el tema, mujeres que pueden discutir sin pena o sin miedos con un Ciso, o con cualquier líder del departamento de tecnología de sus clientes, por lo que puedo decir que sí hay interés, y que sí se puede lograr una mayor diversificación de género.
Adicionalmente podemos decir que con la evolución digital las mujeres son cada vez más usuarias de la tecnología, la mayoría maneja un celular inteligente y realiza tareas diarias por medio de aplicaciones, por ende su interés en este campo ha incrementado.