¿Qué medir y cómo hacerlo?
“Lo primero que hay que hacer es preguntarse sobre los registros que hay de nómina, si hay suficientes datos para medir cómo está representada o cómo se distribuye la fuerza laboral para diferentes cortes. Es decir, ¿cuál es el porcentaje que tengo de mujeres en puestos operativos, en gerencias, en direcciones, incluso en el consejo de administración?, ¿Cuál es la representación geográfica, la representación de diversos estratos económicos, de comunidades LGBT, o cuántas personas tengo de universidades públicas y de universidades privadas?”, indica Masse.
Además, se pueden revisar datos de la nómina para ser conscientes de si existen diferencias salariales y hacer encuestas cualitativas, de autodiagnóstico, para entender el clima laboral y detectar qué sienten los colaboradores y las colaboradoras sobre las políticas de inclusión y diversidad, así como detectar a tiempo si hay alguna cuestión de discriminacion en la compañía.
“Al juntar estos datos, se pueden detectar fortalezas y debilidad de la empresa y diseñar un plan de ejecución que puede ir desde la implementación de talleres o cursos de sensibilización con respecto a los sesgos inconscientes, licencias de paternidad extendidas, convenios con centros infantiles o guarderías, hasta la revisión de salarios. Lo importante es que haya un ciclo de mejora continua”, dice Masse.
Para Ana Cecilia Septién Godard, consultora en temas de inclusión, “la inclusión implica reconfigurar los sistemas para acoger a la diversidad desde el reclutamiento, a través de currículos ciegos y alianzas que le den la bienvenida a quienes típicamente no están dentro de la empresa”.
También, garantizar que tus procesos estén libres de sesgos y discriminación, y que sean accesibles; es decir, que incluyan a personas con discapacidad o edades amplias, por ejemplo,
“La medición ocurre desde ahí, desde el que empiezas a buscar ser más diversa. Y sigue por monitorear quiénes están accediendo a mejores puestos, quiénes están obteniendo aumentos, quiénes están ingresando a las capacitaciones; todo eso te va a dar estadísticas que cruzar a ver cuántas mujeres, cuántos menores de tal edad, cuántos mayores de tal edad, cuántas personas, madres o padres solteros, cabezas de familia, personas con discapacidad, personas migrantes de otras nacionalidades, religiones, están formando parte y creciendo dentro de la compañía, dice Septién Godard.
Además, también se puede dar seguimiento y medir el tono y las palabras que se usan en la publicidad de las marcas, para que también sea diversa y no reproduzca sesgos de género”, afirma.
Se trata entonces de cruzar datos cuantitativos como rangos salariales y cantidad de personas de diferentes orígenes, edades, principales, con otros más cualitativos, de sensaciones y sentimientos tanto de pertenencia como de niveles de participación, oportunidades de desarrollo, respuestas a problemas de cada sector y alineación a objetivos y propósitos más generales y ambiciosos, como los Objetivos de Desarrollo Sostenible.