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¿Todavía es enero? Cuesta arriba

La cuesta de enero es real y tiene una cara de la cual se habla poco: la vulnerabilidad de las mujeres en este contexto a depresión y estrés financiero.
jue 30 enero 2025 06:00 AM
¿Todavía es enero? Cuesta arriba
La cuesta de enero le cuesta mucho a las mujeres y como agravante, por el mandato de sumisión reprimen su expresión emocional, apunta María Elena Esparza Guevara.

¿Todavía es enero? Algunas personas aún desean feliz 2025 a pesar de que ya llevamos como 45 días del primer mes del año… ¡al menos así se siente! Es normal por la resaca de tanta fiesta decembrina y el choque con la vuelta a la rutina, a la cual el cuerpo no siempre se acostumbra rápido. También están las deudas acumuladas por los tarjetazos para regalos y todos los pagos anuales de predial, refrendo y demás obligaciones.

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La cuesta de enero es real y tiene una cara de la cual se habla poco: la vulnerabilidad de las mujeres en este contexto a depresión y estrés financiero. La cuesta de enero le cuesta mucho a las mujeres y como agravante, por el mandato de sumisión reprimen su expresión emocional. Es decir, la sufren en silencio para no preocupar a otros integrantes de la familia.

Decimos que afecta de manera desproporcionada a las mujeres en México porque ellas, nosotras, enfrentamos mayores barreras económicas y laborales en comparación con los hombres. La estructura desigual del mercado laboral y el acceso limitado a servicios financieros agravan este desafío, amplificando la precariedad económica con la cual muchas se enfrentan a este periodo.

En el ámbito laboral, las mujeres participan menos que los hombres en la actividad económica, representando solo el 40.1% de la población económicamente activa, según datos de 2022 de Statista GmbH. Esta cifra resulta alarmante si consideramos que el 51% de las personas mexicanas son mujeres. Además, la brecha salarial de género sigue siendo una realidad persistente: las mujeres enfrentan barreras profesionales por su rol como principales responsables del cuidado familiar. Según Claudia Goldin, Premio Nobel de Economía en 2023, las mujeres suelen tener dificultades para mantenerse en empleos de tiempo completo tras convertirse en madres, lo cual las empuja hacia sectores laborales menos remunerados y con menor estabilidad.

La informalidad laboral se suma al impacto de esta desigualdad. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE, 2024), el 55.4% de las mujeres en México trabaja en condiciones de informalidad, y su ingreso mensual es de 3,509 pesos, según el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), casi un 50% menos que los 6,749 pesos percibidos en empleos formales. A esto también se suma la privación de sus beneficios básicos, como seguridad social, acceso a servicios médicos y protección contra la violencia laboral. Asimismo, muchas mujeres realizan labores no remuneradas en negocios familiares, perpetuando su exclusión del sistema económico formal.

Otro problema crítico que limita a las mujeres es la brecha de género en el acceso a servicios financieros. La Encuesta Nacional de Inclusión Financiera más reciente destaca que, entre 2018 y 2023, el número de cuentas bancarias abiertas por mujeres disminuyó, lo que agudiza su vulnerabilidad económica. En contraste, los hombres acceden a créditos más altos y en condiciones más favorables a pesar de que, según el Banco de México, las mujeres presentan menores tasas de incumplimiento crediticio. Esta exclusión financiera obliga a muchas a recurrir a préstamos en condiciones desfavorables o a depender de ingresos provenientes de la economía informal para enfrentar las dificultades económicas, particularmente en enero.

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En Ola Violeta analizamos cómo la combinación de brechas salariales, informalidad y escaso acceso financiero afecta directamente la salud mental y la estabilidad económica de las mujeres en nuestro reporte de enero titulado “Preocuponas y tristes” y la conclusión es inevitable: mientras no se resuelva la autonomía económica de las mujeres, las desventajas estructurales hasta para saldar las deudas de esta temporada seguirán siendo un detonante de problemas en salud mental. No solo es que estén decaídas y ya se les pasará.

La sociedad está en deuda con ellas, esa también es la cuesta de enero. Y febrero, marzo, abril…

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Nota del editor: María Elena Esparza Guevara es fundadora de Ola Violeta A.C. Doctoranda en Historia del Pensamiento por la UP y egresada del Programa de Liderazgo de Mujeres de la Universidad de Oxford. Síguela como @MaElenaEsparza Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente a la autora.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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