Las admiraba muchísimo a las dos y sabía que no era común ver a mujeres en esos puestos, mucho menos en ese momento. Pero las veía correr, hablar de sus hijas con mucho orgullo y plantarse sin miedo -al menos no aparente- a los hombres con los que trabajaban.
Hoy reflexiono acerca de eso y lo valoro mucho más. No solo por las lecciones que me dieron de viva voz, sino por lo que me inspiraron sin decir.
También pienso acerca de si las apoyé lo suficiente o no, pero ante mi falta de consciencia me inclino a pensar que ni lo intenté.
Mi experiencia como mamá, sin embargo, ha sido en general buena. Aunque los equipos de trabajo donde he estado son muy jóvenes y la mayoría de las mujeres que los integran no tienen hijos, he encontrado una gran red de apoyo.
Casi la mitad de mi maternidad fue en pandemia, así que cuando me veían con el agua al cuello recibía no solo palabras bonitas sino apoyo con el trabajo de parte de mis colegas.
Respaldar a otras mujeres es súper importante no solo por ‘humanidad’ sino porque abona a que nuestro género gane espacios ejecutivos y se modifiquen prácticas laborales que son obsoletas e incluso dañinas para todos.
Por ejemplo: al apoyar la flexibilidad de las madres que trabajan se abre una puerta para apoyar la flexibilidad de todos, porque si bien no todos tienen hijos, todos tienen una vida personal y prioridades, además del trabajo. Y todos pueden ser cuidadores de alguien más en algún momento, sea este un hijo o un padre.
Al respetar los límites de horario de una madre (o de un padre) que trabaja, se obliga también a respetar los límites de una persona sin hijos.
Y más aún, si las mujeres que hoy no tienen hijos pero quieren tenerlos en el futuro apoyan a las madres de hoy, estarán forjando una cultura de soporte que las beneficiará a ellas también.
Si tú eres mujer sin hijos -sobre todo en un puesto de liderazgo- y no sabes cómo apoyar a otras madres, aquí te dejo algunos tips:
1. Ofrecer flexibilidad con los horarios de juntas
Si hablamos de un trabajo formal, no hay discusión respecto a la necesidad de un horario establecido, pero la mayoría de las veces es posible hacer cambios a reuniones, sobre todo en juntas internas. La necesidad depende de cada madre. Hay quienes prefieren empezar muy temprano para desocuparse a tiempo y hay quienes buscan trabajar más tarde; por ejemplo, cuando hay algún evento escolar durante la mañana.
Saber que de vez en cuando podemos pedir un cambio de horario sin castigo nos viene muy bien.