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Aprovechemos nuestra fuerza emprendedora

En su afán por obtener la independencia financiera y consolidar sus negocios, muchas mujeres invierten sus ahorros o, en ocasiones, hasta su patrimonio para mantener a flote sus proyectos.
mar 11 octubre 2022 06:00 AM
E-commerce clave para las mujeres emprendedoras
Capacitarlas en temas relevantes como lo son la transformación digital, cadenas de valor y el acceso al financiamiento, ayudará a mejorar la competitividad de las empresas y contribuirá en el impulso de la innovación y la calidad de estas, señala Patricia Barra.

(Expansión Mujeres) - La pandemia del COVID-19 y sus efectos en el mercado laboral de América Latina aún están lejos de terminar. Si bien el decrecimiento laboral y la pérdida de empleo son algunos de los factores que han afectado a una gran mayoría de la población, las mujeres han tenido que enfrentar, en mayor medida, las dificultades y el peso de los efectos socioeconómicos de esta crisis mundial.

De acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), la pandemia generó un retroceso de más de una década en los niveles de participación laboral femenina en la región. Tan solo en México, casi un millón de mujeres salieron del mercado laboral, dejando de ser económicamente activas.

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No obstante, bajo este contexto, el emprendimiento femenino se reforzó y generó un impulso que ayuda a mostrar el camino de su recuperación económica y profesional. A pesar de las barreras, Latinoamérica se erigió como la región con mayor porcentaje de emprendimiento femenino del mundo, de acuerdo con el Informe Global 2020/2021 del Global Entrepreneurship Monitor (GEM).

Por ello, hoy más que nunca se vuelve fundamental aprovechar esta contribución del género femenino en la economía mundial y acompañarlas en su progreso, ya que esto nos ayudará a tener una recuperación mucho más sostenible e inclusiva de cara al futuro.

Esta nueva generación de emprendedoras viene acompañada de un espíritu empresarial lleno de creatividad, resiliencia y talento que las hace únicas, apostando sus habilidades en diversos sectores como el educativo, financiero, tecnológico, capital humano, entre otros. Sin embargo, en su afán por obtener la independencia financiera y consolidar sus negocios, muchas de ellas invierten sus ahorros o, en ocasiones, hasta su patrimonio para mantener a flote sus proyectos.

Como es bien sabido, las mujeres tienen mayores dificultades para acceder a productos y servicios económicos con perspectiva de género, así como a esquemas de financiación claves como capital semilla o los fondos de capital de riesgo. Y no es que no existan, dado que hay una amplia gama de opciones en el mercado, sino que la falta de calidad y el hecho de que no se adaptan a las necesidades que requieren las emprendedoras, impide que sus negocios crezcan favorablemente.

Esta brecha no sólo se da a nivel de capital, también la podemos encontrar en la falta de redes de apoyo, tutorías, programas de aceleración, acceso a herramientas digitales, entre otros; por lo que, fortalecer su capacidades y habilidades de gestión empresarial, es una tarea primordial para estimular la presencia femenina como motor de desarrollo de Latinoamérica.

Capacitarlas en temas relevantes como lo son la transformación digital, cadenas de valor y el acceso al financiamiento, ayudará a mejorar la competitividad de las empresas y contribuirá en el impulso de la innovación y la calidad de estas.

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Una iniciativa que ya trabaja para romper estas barreras y conectar a mujeres empresarias con oportunidades de negocio reales, es la creada por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) llamada “Creciendo Juntas en las Américas”, la cual busca impulsar a empresarias de América Latina y el Caribe a integrar sus firmas en el comercio exterior y en las cadenas regionales de valor.

Este programa se enfoca en tres áreas importantes de mentoría como son: (1) el desarrollo de capacidades y mejoras productivas para facilitar su inserción en el comercio exterior y en cadenas de valor; (2) el uso y adopción de tecnologías de la información y la comunicación para la transformación y optimización de sus procesos empresariales; y (3) la mejora de la gestión financiera de sus empresas para facilitar su acceso a financiamiento.

Este tipo de estrategias sin duda son un aliciente para que más mujeres apuesten a emprender sus propios negocios por una cuestión de gusto y no de necesidad; que puedan sentir la emoción de construir algo propio y trabajar por lo que les apasiona.

Desde las organizaciones debemos seguir apoyándolas a través de la creación de servicios financieros que se adapten a las necesidades específicas de cada emprendedora, en la elaboración de mentorías con perspectiva de género, la formación de redes de apoyo que fortalezcan sus proyectos, así como ofrecer programas de formación orientados a la planificación financiera.

Favorecer la igualdad de género a través de políticas orientadas a facilitar el acceso a financiamiento y apoyo para las mujeres, ayudará a fortalecer el ecosistema emprendedor femenino y su autonomía económica a nivel mundial. Sigamos trabajando en esa transformación.

Nota del editor: Patricia Barra es Head of Wealth LatAm Aon. Síguela en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente a la autora.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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