La European Journal of Political Economy, en su estudio Gender and climate change: Do female parliamentarians make difference?, señala que incrementar la representación femenina en los parlamentos nacionales conduce a políticas de cambio climático más estrictas en todos los países y, al hacerlo, se traduce en menores emisiones de dióxido de carbono.
En el ámbito empresarial, es fundamental que las organizaciones reconozcan que la equidad de género es primordial para avanzar en sus estrategias de acción climática y ESG. Cuantas más mujeres haya en puestos de toma de decisiones de alto nivel, mejor posicionadas estarán las compañías para marcar la diferencia en el cambio climático. Su representación se traduce en lugares de trabajo más sostenibles, mayor retención, mejor productividad y mayores ganancias.
La pregunta ahora es ¿cómo pueden las organizaciones convertir esta información en acción para un cambio significativo? Para hacerlo es necesario nuevas formas de pensar y estrategias de resolución de problemas más inclusivas e interdisciplinarias:
Apuntar a una mayor representación femenina en puestos directivos
Los empleadores pueden ir más allá de los enfoques tradicionales para contratar talento y ampliar la búsqueda para incluir personas con diversos perfiles. Tener mujeres en el directorio puede ayudar a mitigar el riesgo y, en última instancia, conducir a un mejor desempeño de la empresa.
A medida que las empresas se familiarizan con estos estándares, pueden tener una idea de dónde están y dónde pueden mejorar para atraer talento en un mercado laboral competitivo, tanto en términos de mujeres como de generaciones más jóvenes que se preocupan cada vez más por el clima, la diversidad e inclusión.
Considerar el reclutamiento, la retención y la promoción de colaboradoras como misión crítica para la acción climática
El primer paso para crear prácticas de contratación que mejoren la equidad de género es evaluar la línea de progresión de la empresa y la planificación de la sucesión. ¿Existe un equilibrio igualitario de géneros que se abren camino en la escala corporativa? ¿Están siendo promovidas suficientes mujeres dentro de la empresa a puestos gerenciales? ¿Se van antes de llegar a esa etapa? ¿Están recibiendo la capacitación adecuada para empoderarlas y permitirles tener éxito en los roles de gestión? Hacer un balance del estado actual, permite a las empresas examinar las barreras que impiden que las mujeres asciendan efectivamente en sus filas.