El término
sororidad
es utilizado para hacer referencia al apoyo y alianza entre mujeres. Es una especie de solidaridad (entre mujeres) que propicia la confianza mutua. Se trata de no únicamente tener empatía (escuchando y comprendiendo) sino tomar acción “¿cómo te ayudo?”, “¿cómo me solidarizo contigo?”.
La sororidad nace cuando descubrimos la diversidad de mujeres que somos: boomers, millennials, generación Z, del colectivo LGBTQ+, de diferentes orígenes socioeconómicos, madres, no madres, con diferentes experiencias de vida, diferente formación profesional y experiencia laboral… y aún así, enfrentamos desafíos y experiencias similares solo por el hecho de ser mujeres.
La sororidad no plantea que seamos amigas y pensemos igual. Más bien consiste en ser aliadas y trabajar juntas para promover la igualdad.
Las empresas que están comprometidas con implementar iniciativas de equidad de género requieren incluir la sororidad como un elemento esencial. Así que ¿cómo promover la sororidad en tu espacio de trabajo? Aquí hay algunas ideas:
Deja de criticar
La sororidad en el trabajo implica parar de juzgar la apariencia física de las demás. Evitar juicios sobre las mujeres que han decidido tener hijos y aún así irse de viaje por trabajo. Evitar críticas sobre las mujeres que han decidido no tener hijos y dedicar más tiempo a su vida laboral, familia, mascotas o hobbies. Y por supuesto, implica parar de reproducir ideas y juicios sobre nosotras, como que somos débiles, dramáticas o histéricas.
Se necesita tiempo y cuidado para desarrollar relaciones de confianza y colaboración con las mujeres con las que trabajamos, particularmente con las mujeres que son diferentes a nosotras de alguna manera.
Reconoce a otras mujeres
¿Has escuchado de la Teoría del Brillo? Fue creada por Ann Friedman y Aminatou Snow para refutar la premisa de que las mujeres debemos competir para alcanzar el éxito laboral y en cambio, da protagonismo a la colaboración y la formación de redes como valores que debemos poner en acción. En otras palabras, cuando ayudas a otra mujer a crecer, tú también brillas.
También existe la técnica de la ampliación (repetir las ideas de las otras varias veces y en varios escenarios, siempre nombrando de quien fue la idea) para que más ideas de mujeres sean tomadas en cuenta, y que, además, demos el crédito a quien corresponde.
Celebra cualidades que se alejen del estereotipo
Es necesario que dejemos de aplaudir estereotipos como el de la “supermujer” que nos confina en un lugar peligroso y tóxico. Ser una supermujer nos obliga a que nos ocupemos de todas las personas y de todo a costa de nuestras propias necesidades.
Tener que estar dispuestas 24/7 en lo profesional, familiar y de pareja, nos hace pagar el precio de olvidarnos de nuestro bienestar para abrir la puerta al estrés, el
insomnio
y la ansiedad. Todo con tal de ser aceptadas y reconocidas por los demás.
Reconozcámoslo, los estereotipos nos deshumanizan.
Así que ¿cómo es esto de celebrar cualidades que se alejen del estereotipo? Se trata de reconocer con base en las fortalezas o cualidades personales de cada mujer.
Piensa en una mujer con la que trabajas y admires. ¿Qué es lo que te parece inspirador de ella? ¿Su poder de influencia a partir de su facilidad de palabra? ¿Su pensamiento estratégico cuando propone una idea? ¿Su capacidad de ejecución para resolver un problema o quizá su facilidad para relacionarse con las demás personas al momento de hacer equipo?
Así que dile a ella qué fortaleza posee y cómo la pone en acción. Además, mencionárselo con detalle permitirá que ella pueda identificar de forma más fácil en qué es buena.