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Límites en el trabajo ¿cómo hacerlo?

Ser una persona feliz implica saber cuándo decir que no y cuándo decir que sí. Esto es esencial para sentirte cómoda en el momento de interactuar con los demás, apunta Adriana Castro.
mar 22 febrero 2022 07:03 AM
Límites en el trabajo ¿cómo hacerlo?
Desde el inicio establece tus límites, ya que de otra manera los asuntos que no te gustan crecerán de manera desproporcionada y después será más difícil poner límites, considera Adriana Castro.

(Expansión Mujeres) - He notado que hay personas que cuando entra una llamada a su celular nunca pueden rechazarla. Pareciera que bajo cualquier circunstancia se sienten obligadas a estar presentes y disponibles para todo el mundo.

Hay gente, sobre todo mujeres, que dan y dan tanto que al final acaban exhaustas.

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Me ha pasado y he vivido las consecuencias. Por eso pienso que necesitamos entender que la falta de límites y querer estar siempre para los demás nos lleva al agotamiento y a sentirnos rebasadas. Esto debe cambiar y para ello saber poner límites saludables es esencial.

Por cierto, me llamó la atención que el pasado 14 de febrero vi más publicaciones en torno al amor propio y el autocuidado. ¿Has notado que estos conceptos han estado más presentes desde la pandemia? Pues un eje fundamental para aplicarlos es aprender a poner límites.

En tu caso ¿comunicas a los demás tus necesidades de forma asertiva?

Sí, lo sé, es difícil porque pensamos que decir que no es cruel. Pensamos que para ser una buena persona tenemos que decir que sí a todo.

Pero en realidad solo si aprendes a decir que no tendrás el tiempo que buscas para ti. Mejorarás tus relaciones, tus amistades, tu dinámica familiar, la armonía entre el trabajo y tu vida personal y -en consecuencia- tu salud mental.

Ser una persona feliz implica saber cuándo decir que no y cuándo decir que sí. Esto es esencial para sentirte cómoda en el momento de interactuar con los demás.

Los límites asertivos tienen muchos beneficios: son una práctica para cuidar bien de ti, definen los papeles en las relaciones, comunican qué comportamientos son aceptables e inaceptables en tus vínculos con otros y son una manera de pedir a los demás que estén ahí sin renunciar a tus necesidades.

Aquí hay algunas ideas para que comiences a ejercitar el músculo del establecimiento de límites. Pensemos en un área de tu vida: tu trabajo.

1. Evita el efecto bola de nieve. Desde el inicio establece tus límites, ya que de otra manera los asuntos que no te gustan crecerán de manera desproporcionada y después será más difícil poner límites. Exprésalos de una manera respetuosa desde el momento en el que surge el problema: “no quiero”, “no puedo” o “no me gusta”.

Si no lo haces, tarde o temprano manifestarás a tus compañeros y tu jefe actitudes desgastantes como el resentimiento. Recuerda, lo que no se expresa se actúa.

2. Muestra a los demás tu necesidad de que respeten tus límites. No tiene que ser de una manera impositiva. Por ejemplo, puedes poner en contexto a la otra persona: “mira, si ambos ponemos límites es una manera de crear transparencia entre nosotros y que ambos nos sintamos seguros”. Cabe aclarar que esto funcionará si tú eres consistente en respetar tus límites y los de los demás.

3. Aprende a poner límites a tu jefe. Algunas veces, la personalidad de quienes tienen este cargo no se presta mucho para establecer límites. También quizá no tienes claro cómo expresar tus necesidades; y por supuesto da temor que te etiquete como conflictiva y que esto pueda dañar la relación.

Así que ¿qué tal ir practicando el lenguaje de los límites poco a poco? Recuerda ser clara y concreta. Por ejemplo: “necesito ayuda con la carga de trabajo que tengo, porque no puedo manejar todos los asuntos por mi cuenta” o “no me siento cómoda hablando de temas políticos en el espacio de trabajo”.

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Cuidar bien de ti es mucho más que pasar un día en un spa y no significa ser egoísta. Decir que no ante la petición de ayuda de alguien es un acto de autocuidado. Esto es igual que el protocolo de seguridad en los aviones: «Póngase la máscara de oxígeno antes de ayudar a los demás».

Solo si respetas el orden de este protocolo, tendrás mucha más energía para los demás porque primero te estarías cuidando tú. Si lo piensas, una clave para cuidar bien de ti está en los límites: se trata de decir que no a algo para decir que sí a tu propia salud emocional, física y mental.

No poner límites en tu trabajo te llevará a un agotamiento crónico… y eso no es vida. Hay que dejar de dar tanto peso al trabajo bajo el argumento de que nuestra productividad es lo que nos hace valiosas.

Me encanta la reflexión que hace el escritor Greg McKeown “¿Qué pasaría si dejáramos de celebrar el estar ocupado como un indicador de importancia? ¿Qué pasaría si, en cambio, celebráramos cuánto tiempo pasamos escuchando, reflexionando, meditando y disfrutando el tiempo con las personas más importantes de nuestras vidas?”.

Nota del editor: Adriana Castro tiene una especialidad en Psicología de la Creatividad por la Universidad Autónoma de Barcelona. Es fundadora de Call to Action: Empresas felices. Síguela en LinkedIn , Facebook y/o Instagram . Las opiniones en esta columna pertenecen exclusivamente a la autora.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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