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Las mujeres mexicanas líderes, retos de salud y bienestar

No podemos dejar de ver que esta pandemia castigó en mayor medida a la población femenil, ya que se encuentra laborando en sectores más vulnerables considerados no esenciales, opina Patricia Barra.
mar 03 agosto 2021 12:00 AM

(Expansión Mujeres) - La crisis del COVID-19 aún no termina y las organizaciones siguen creando acciones y estrategias que les permitan paliar las distintas secuelas a nivel financiero y de talento que la pandemia trajo consigo. Si bien hemos dado pasos importantes en temas de liderazgo, teletrabajo, resiliencia, desarrollo de capital humano, etc.; aún quedan asuntos importantes por cubrir en temas de equidad de género, bienestar y seguridad laboral para las mujeres.

De acuerdo con datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el empleo femenino ha impulsado la recuperación del mercado laboral en lo que va de este año, debido en gran parte a la incorporación de las mujeres en el sector de servicios, donde el 63% de los trabajos recuperados corresponde a plazas ocupadas por ellas.

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Sin embargo, no podemos dejar de ver que esta pandemia castigó en mayor medida a la población femenil dado que se encuentran laborando en sectores más vulnerables considerados no esenciales, donde muchas se han visto obligadas a trabajar en la informalidad y con ello incrementar el trabajo no remunerado.

A esto debemos agregar que tradicionalmente el rol que ellas cumplen las mantiene más alejadas de las oportunidades de empleo, por lo cual, se vuelve necesario encontrar un equilibrio para cumplir con las responsabilidades laborales y de familia, dado que las mujeres no están contando con las redes de apoyo tradicionales (personal de servicio doméstico, abuelos cuidadores de hijos, guarderías).

El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) señaló que, debido al confinamiento y la adopción del teletrabajo, las mujeres se encuentran de nuevo entre los grupos más afectados por la carga de trabajo que se les impuso.

En este sentido, las organizaciones deben convertirse en un ser estratégico, involucrar liderazgo y cambiar la mentalidad sobre el bienestar físico y mental de sus colaboradoras. Si bien muchas reconocen la importancia de estas acciones, son pocas las empresas que tienen una estrategia de bienestar bien definida que busque solventar el abanico tan grande de problemas que tienen un alto impacto en la salud mental de este personal.

Estos problemas pueden ser tanto familiares como un divorcio o una separación; de salud, principalmente por estar disponible 24/7; así como presiones financieras, múltiples responsabilidades y el aislamiento ocasionado por la pandemia. Todo esto puede traer como consecuencia una angustia emocional tanto en el entorno laboral, como entre los colaboradores, que se pueden evidenciar en distintos síntomas con un impacto fuerte en el negocio.

Desde problemas de sueño que se traducen en retrasos y faltas de concentración, hasta procrastinación, faltas, incumplimientos en plazos de entrega y reducción de productividad que derivan en una disminución de la rentabilidad del negocio. Por ello es fundamental que las corporaciones pasen de lo reactivo a lo preventivo, asegurándose que sus colaboradoras tengan acceso a las soluciones correctas.

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Sin trabajo y confinadas, así enfrentan la pandemia las empleadas domésticas

¿Pero cómo asegurarnos de crear una estrategia adecuada, que sea imperativa del negocio, y que permeé en todas las áreas de la compañía?

Primero

Empezando por los datos. Diseñando un programa que tenga en cuenta las necesidades de nuestras colaboradoras y orientarnos en lo que es verdaderamente relevante en función de la información que recabemos. Es necesario escucharlas e identificar dónde están sus necesidades en temas de salud, bienestar y crecimiento profesional.

Segundo

El compromiso del liderazgo es fundamental para alinear dichas prácticas con el contexto y la cultura de la empresa y así, garantizar que se coloquen los recursos adecuados en una estrategia robusta más allá de esfuerzos aislados. Y no solo es la alta dirección, estos esfuerzos también deben ser implementados desde un nivel operativo y con los gerentes de primera línea.

Trabajando juntos se puede garantizar que el compromiso se mantenga firme en todos los niveles de la organización que beneficien directamente a las colaboradoras.

Tercero

Debemos crear una fuerza laboral femenina mucho más resiliente a través de actividades enfocadas en cuatro grandes ejes:

- Bienestar Físico - Ofreciendo chequeos médicos, prevención en salud reproductiva, planificación familiar.

- Bienestar Emocional - Realizando acciones y programas enfocados en apoyar condiciones crónicas de salud mental.

- Bienestar Financiero - Seminarios, Webinars, Caja de ahorro, y asesoría financiera exclusivas para las mujeres.

- Bienestar Social - Balance vida trabajo, desarrollo de estrategias en Responsabilidad Social.

De igual manera, es imperativo seguir implementando iniciativas que beneficien a todas las mujeres: accesibilidad, pago igualitario, empoderamiento de la mujer y paridad de oportunidades son algunas de las brechas en las que debemos seguir trabajando.

El impulso ya está aquí, las herramientas las tienen los expertos, por lo que gobierno, sociedad y sector empresarial tenemos que ir de la mano en pro de las mujeres de nuestro país y del mundo entero.

Nota del editor: Patricia Barra es Directora de Consultoría en Capital Humano, Beneficios y Cuentas Corporativas de Aon México. Síguela en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente a la autora.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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