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Deja de obstaculizar las lesbomaternidades

Desafortunadamente aún hay personas que consideran que debido a su orientación sexual deben permanecer sin hijos, señala Adriana Castro.
mié 23 junio 2021 05:59 AM

(Expansión Mujeres) - Si en tu círculo cercano conoces a una lesbiana sin hijos, probablemente supongas que nunca tendrá hijos o no quiso tenerlos, lo que puede no ser el caso.

Elegir ser madre requiere autodeterminación porque en muchos aspectos el mundo es más adverso para ellas. Si para una mujer heterosexual es difícil, me puedo imaginar cuánto se complica la situación siendo lesbiana. Citando a Alberto Bello, con tantos impedimentos, “es un milagro que las mujeres decidan seguir teniendo hijos”.

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Por principio, observo dos obstáculos que como sociedad lamentablemente establecemos:

1. La heteronormatividad

Este término se refiere a un régimen en el que social, política y económicamente se impone la heterosexualidad como el único modelo válido de relación sexoafectiva y de parentesco. Ante semejante exigencia, imagina la desconfianza que ha de generar en ellas el riesgo de estar expuestas a los prejuicios en torno a su decisión de ser madres.

Porque sí, desafortunadamente aún hay personas que consideran que debido a su orientación sexual deben permanecer sin hijos.

Este discurso está presente en muchos contextos. Erika, una amiga quien inició un proceso de adopción junto con su esposa, me compartió cómo hasta en las citas con las trabajadoras sociales se siguen protocolos heteronormativos en los que se asumen situaciones aplicables solo a parejas heterosexuales.

Por ejemplo, se da por hecho que toda pareja que desea adoptar es porque tiene un problema de infertilidad biológica, a tal grado que le preguntaron a ella y a su esposa en qué momento se habían ‘dado cuenta’ de que no podían concebir. Así nuestra incapacidad de incluir a las familias lesbomaternales, es decir, las maternidades lésbicas visibles.

2. La invisibilidad

Se observa en la prácticamente nula información sobre los caminos para la lesbomaternidad. Lo poco que he encontrado en internet es la Red de Madres Lesbianas en México. Me parece que la falta de información debe dejar a estas mujeres con un sentimiento de soledad en su deseo de ser madres. Las tenemos abandonadas con una incertidumbre sobre cómo proceder hacia la crianza de sus hijos/as.

En este sentido, Erika me compartió que en su proceso de evaluación para ser candidata a adoptar se le solicitó tomar un curso para futuras madres adoptivas.

El curso estuvo centrado ampliamente en ejemplificar la situación social de las parejas heterosexuales. Es común que las mujeres que toman estos cursos han experimentado muchos años intentando ser mamás.

Erika menciona que una de ellas le dijo: “Tú tuviste un camino más fácil porque no viviste esos dolorosos años de espera ilusionada por quedar embarazada”.

Para sorpresa de todas, Erika confesó que su tristeza inició desde que en su adolescencia, al descubrirse lesbiana, asumió que la maternidad era un anhelo que nunca lograría cumplir. En sus recuerdos tiene presente cuando su madre al enterarse de su orientación sexual le dijo “entonces, nunca tendré el gusto de ser abuela”. Ese duelo estuvo presente muchos años hasta que conoció a su actual esposa con quien decidió darse la oportunidad de ser mamá.

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En alguna ocasión escuché una mujer que dijo a una madre lesbiana “¿Cómo te atreves a traer niños al mundo que serán discriminados?”.

Esa es una pregunta equivocada que revela una ceguera abismal porque somos -como sociedad- la creadora de esa discriminación. Más bien tendríamos que preguntarnos, ¿cómo nos atrevemos a pensar que ellas no tienen derecho a ejercer su maternidad?

Recientemente se llevó a cabo la primera Marcha Lencha en las que se visibilizaron a las familias lesbomaternales, es decir, familias de una mamá (madre soltera por decisión, o porque se separó, divorció o enviudo; lesbiana o bisexual); de dos mamás (pareja que decide comaternar, es decir, criar hijos e hijas de forma conjunta); y familias reconstruidas (cuando alguna de las dos mujeres o ambas, tienen hijos o hijas de relaciones previas, pudiendo ejercer la maternidad por opción con los hijos y las hijas de la pareja). Este hecho es una muy buena oportunidad para el reconocimiento social y legal de las lesbomaternidades y las familias diversas.

Tenemos que aceptar que las familias cambian, los vínculos son diferentes, pero su objetivo permanece: relacionarnos por amor y afinidad para formar un proyecto de vida en común.

A pesar de que estas mujeres tienen que lidiar todos los días contra una sociedad que se rige principalmente bajo un modelo heteronormativo, han buscado y consolidado entornos familiares fundados en el amor y la responsabilidad mutua.

Si eres una mujer que apuesta por la sororidad, te invito a que demuestres tu respeto y solidaridad por estas mujeres, abriendo tu perspectiva a conceptos de familias en sentidos más amplios y diversos.

Nota del editor: Adriana Castro tiene una especialidad en Psicología de la Creatividad por la Universidad Autónoma de Barcelona. Es fundadora de Call to Action: Empresas felices. Síguela en Facebook (adrianacastromx). Las opiniones en esta columna pertenecen exclusivamente a la autora.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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