Así se escucha la historia de la pandemia contada con una caja musical
Cada caso es único, pero aquí hay algunas ideas:
Primero dile cuánto aprecias la confianza que te ha tenido para compartirte algo tan personal. Esto la hará sentirse vista y arropada que es algo importante en un momento así.
Crea un ambiente de confianza. Puedes mencionarle “Me interesa mucho tratarte de la manera en que tú lo requieres. Pienso que escucharte es una forma en que puedo hacerlo. También me ayudaría que me digas si necesitas algo que yo pueda hacer por ti”.
En relación a escuchar, Thich Nhat Hanh,
un maestro emblema del mindfulness
, propone que la escucha compasiva es una herramienta muy valiosa en estos casos. Consiste en ayudarla a vaciar su dolor escuchándola sin juzgar. Confía en que al permitir que se desahogue estás contribuyendo a aliviar su sufrimiento.
Si consideras que sus percepciones están equivocadas, llenas de amargura o rencor, aún así tu rol es continuar escuchando con compasión.
Si quieres ayudarla a corregir su percepción, entonces espera a hacerlo otro día, pero en ese momento solo lo escuchas. Créeme, acompañarla así puede traer alivio y transformación para ella.
Ten mucho cuidado con recomendaciones como “ve el lado bueno de la vida: eres libre”, “dale vuelta a la página y adopta”, “el mundo no se te debe cerrar solo porque eres infértil”. Este tipo de comentarios son el equivalente de “tu dolor no es para tanto” y son desatinados para un momento en el que lo que ella necesita es que se visibilice y valide su dolor.
En relación a cómo comunicarlo al resto del equipo, es probable que para ella sea difícil externarlo a los demás o no sepa cómo hacerlo. Pregunta si ayudaría que tú lo comuniques al resto a nombre de ella.
Si ella aceptara que se comunique sería en un verdadero alivio para todos/as porque es muy probable que el resto ya lo sepa, pero no se atreva a tocar el tema por temor a lastimarla. Esto provoca una espiral emocional negativa porque quizá ella también se sienta ignorada ante el hecho de que nadie le diga nada.
En una ocasión dirigí una sesión en la que una madre en duelo tuvo la valentía de aceptar una sesión de escucha compasiva por parte de su equipo.
Fue profundamente liberadora para todos/as. Ella externó su sentir por completo y las demás personas solo escucharon. El equipo la acompañó toda una hora y sin aconsejar, al final solo intervino para demostrarle su afecto y gratitud por haber permitido ese momento de cercanía.
Nunca olvidaré el nivel de conexión del equipo y la sensación de ligereza de todos/as después de la sesión.
En resumen, no existe una guía infalible para ayudar a una mujer en duelo con su maternidad, pero estas ideas aportan más que evadir el problema.
No tienes que saber exactamente qué hacer, basta con acompañarla en su dolor y tratarla como ella quiere ser tratada.
Nota del editor: Adriana Castro tiene una especialidad en Psicología de la Creatividad por la Universidad Autónoma de Barcelona. Es fundadora de Call to Action: Empresas felices. Síguela en
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(adrianacastromx). Las opiniones en esta columna pertenecen exclusivamente a la autora.
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