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Si tu negocio no es rentable retrasará tu maternidad y quizá sea muy tarde

Deja de esperar el momento idílico de estabilidad en la que todos los ámbitos de tu vida estén en armonía y tengas la posición económica de tus sueños, señala Adriana Castro.
mié 28 abril 2021 12:00 AM

(Expansión Mujeres) - Probablemente la edad en la que tu mamá te tuvo fue a sus veintitantos. Los tiempos cambian y quizá tú ya rebasaste esa edad y aún no eres mamá. A nuestra generación nos tocaron otras condiciones que han contribuido a que retrasemos la maternidad.

En mi caso, cuando estaba en mis veintes sentía que aún era joven, quería viajar, prolongar mis estudios y no desaprovechar oportunidades, así que postergué mi maternidad.

Al llegar a mis treintas, ahora sí, quise ser mamá. Pero me ocurrió algo que me lo impidió y hace poco me enteré que tiene nombre: infertilidad social.

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La infertilidad "social" o "circunstancial" es un término relativamente nuevo, acuñado para describir a las mujeres que anhelan ser mamás pero que por un motivo, que no es médico, no pueden cumplir ese sueño.

Las causas que la originan pueden ser circunstancias profesionales o personales.

A nivel profesional, la inestabilidad económica, el hecho de que tu negocio aún te demande mucho operativamente, la falta de una red de apoyo que te ayude a conciliar los cuidados que un bebé necesita con los requerimientos de tu otro bebé -es decir tu negocio- pueden crear un entorno que no favorezca la maternidad.

A nivel personal, factores que influyen pueden ser si eres una mujer heterosexual que no encuentra una pareja o si tu relación no es estable. También están quienes sí desean ser mamá pero su pareja no. Así mismo, se encuentran en este rubro mujeres lesbianas.

Sí, es el club al que nadie quiere pertenecer pero que intuyo que más de las que pensamos estamos o estuvimos en él.

En mi caso, uno de los factores que contribuyeron a mi infertilidad social fue la falta de rentabilidad de mi negocio. Recuerdo que en esos años mis conocimientos de emprendimiento, finanzas, operación y todos los temas que se requieren para profesionalizar un negocio, los desconocía.

Así, teniendo un negocio medianamente rentable me mantuve a lo largo de mi edad reproductiva sin caer en la cuenta de que los años pasan y no esperan a nadie.

Esta no es una historia de Hollywood en la que repentinamente todo cambió, mi negocio prosperó, encontré una pareja y logré ser mamá.

La vida no es como quisiéramos, la vida es.

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La resiliencia de las mujeres frente a la crisis | Expansión Live

Han pasado más de 10 años de esta etapa y quisiera compartirte algunas reflexiones que, si estás en esta situación, podrían ser de valor para estabilizar tu negocio:

1. Date permiso de pedir ayuda. No tienes que saber todo, ni tampoco tienes que hacerlo sola. Identifica cuál es el ámbito en el que más flaqueas y pide apoyo ¿finanzas, ventas, recursos humanos, operación o marketing?

Es probable que conozcas a alguien que aunque su negocio no esté en tu industria podría darte algunas ideas útiles. Es importante pedir consejo a alguien que sí tenga esa fortaleza desarrollada porque, de ser así, te ayudará con gusto.

Quienes tienen algunos años de experiencia pueden darte muy buenas recomendaciones. Los mejores consejos que he recibido y muestras de empatía son de otras personas que son dueñas de negocio.

Para pedir ayuda, hay que dejar el ego de lado, así que sin rodeos dile de manera clara y concreta qué es lo que necesitas que esa persona haga por ti. Comunícale en qué te beneficiará su ayuda para que le sea más motivante hacerlo.

Por supuesto no olvides agradecer de manera concreta lo que te aportó. Recuerda que la gratitud aumenta los niveles de felicidad y es la herramienta más poderosa para conectar a las personas.

2. Busca a tu tribu empresarial. Sí, sé que estamos en medio de una pandemia y eso dificulta la convivencia, pero hay una buena noticia: a partir del encierro las barreras geográficas se han desvanecido.

Ya no te tienes que limitar buscando únicamente en tu ciudad asociaciones, clubes o cámaras. En internet seguramente encontrarás una organización de networking con eventos que ayuden a profesionalizarte y hacer crecer tu negocio.

Encuentra una academia de emprendimiento donde puedas conectar con otras mujeres como tú, o talleres en los que puedas trabajar tus ideas.

Si te gusta algún libro de negocios, y es muy conocido, es probable que existan clubes de seguidores del autor, y ese también puede ser un buen lugar para hacer crecer tu negocio.

Jim Rohn decía que eres el promedio de las cinco personas que te rodean. Así que acércate a quienes con sus pensamientos, estilos de vida, visiones y acciones te ayuden a que tu negocio crezca.

Y un último detalle: bájale al perfeccionismo y deja de esperar el momento idílico de estabilidad en la que todos los ámbitos de tu vida estén en armonía y tengas la posición económica de tus sueños... porque nunca se encuentra el momento ideal y los años pasan sin darnos cuenta.

Nota del editor: Adriana Castro tiene una especialidad en Psicología de la Creatividad por la Universidad Autónoma de Barcelona. Es fundadora de Call to Action: Empresas felices. Síguela en Facebook (adrianacastromx). Las opiniones en esta columna pertenecen exclusivamente a la autora.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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