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"Hay que romper los estereotipos de cómo te tienes que ver o qué carrera elegir"

Paulina Vázquez, líder de Business Office de Ford de México, tuvo pronto claro que lo suyo era la ingeniería. Estos son los pasos que dio para lograrlo y hacer ahora que más jóvenes sigan sus pasos.
mar 10 mayo 2022 05:00 AM
Paulina Vázquez
Paulina Vázquez, líder de Business Office de Ford de México.

Para elegir carrera, Paulina Vázquez hizo una investigación extensa. Sabía lo que quería hacer, pero necesitaba encontrar cuál era la mejor forma de lograrlo: ¿qué carrera podría ayudarle a solucionar sus preguntas? Esas dudas le empezaron a surgir desde niña, su padre era muy tecnológico y ella se cuestionaba cómo funcionaba cada aparato nuevo que llegaba a su casa. Además, era amante de los autos y cada vez que cambiaba de vehículo, le explicaba las características y diferencias de la nueva adquisición.

Así que, cuando le tocó elegir carrera, la ingeniería era la opción evidente. “En ingeniería había varias ramas: eléctrica, mecánica… y estaba muy de moda en ese entonces la robótica. Tenía todo lo que me llamaba la atención. No fue fácil, pero saber que era algo que me llamaba mucho la atención y me apasionaba me hacía dedicarle más tiempo”, explica Vázquez Orpinel, líder de Business Office de Ford de México.

Ese fue el primer paso, en un camino que no siempre fue fácil. Vázquez fue muchas veces la única mujer en el aula. Cuando se graduó de mecatrónica, el grupo estaba formado por 14 hombres y una mujer, ella. “El primer día fue un impacto, pero dije: qué voy a hacer, no voy a cambiar las cosas y no por eso me voy a cambiar de carrera. Siempre tuve en mente que tienes que hacer lo que quieres hacer y para mi era muy claro que quería estudiar ingeniería”.

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Desde ahí comenzó a crear su network que empezó, como ocurre muchas veces, por casualidad en una fiesta, donde conoció al primo de un amigo que le platicó sobre lo que hacía en la industria automotriz. “Yo creo que fue mucho cómo me lo contaba que empecé a ver qué podría hacer”, afirma.

Su padre y sus maestros siempre le habían recomendado hacer prácticas profesionales para empezar a probar y ver qué cómo se aplicaba lo que estudiaba en la industria. Esa experiencia le sirvió, además, para saber qué ruta del camino no quería tomar. Comenzó como becaria en una automotriz, en el área de análisis virtuales de amortiguadores y suspensiones, el rol que más se ha acercado durante su carrera a sus estudios.

“Estuve ocho meses y la parte buena de tomar este tipo de trabajos es darte cuenta de qué sigue. Me encantó la ingeniería, pero la parte de electrónica o sistemas creo que no fue lo mío”, dice.

Así que una vez dentro de la industria comenzó a buscar alternativas hasta llegar al área de diseño de exteriores de autos, que la llevó al momento en que su papá le explicaba cosas sobre autos cuando era pequeña. Era justo lo que necesitaba.

O eso pensaba al principio, porque al cabo de un tiempo se dio cuenta de que no era feliz ni tenía motivación por seguir investigando y desarrollandose, a pesar de que le gustaba el trabajo. Estuvo bien para ser la primera experiencia, pero no era por ahí. Ahí fue cuando decidió cambiar de empresa y llegó a Ford.

Continuó en diseño de ornamentación exterior (los componentes del coche que hacen la diferencia entre versiones). Sus primeros seis años fueron en desarrollo de producto, en el que llevaba el diseño desde casi el primer boceto a pasar por todas las áreas necesarias hasta llegar a planta. “Defines qué tan factibles es en ingeniería que se vea como el diseñador lo planteó: qué tipo de material voy a usar, qué herramientas, cómo tiene que tener la forma para que sea aerodinámico, qué tipo de pruebas vas a hacer…”, explica. “Cuando digo que me enamoré de mi trabajo fue porque logré ver un producto de ser un sketch a circular en las calles”, señala.

El reto de ser jefa

A los cuatro años de estar en la posición fue promovida como supervisora de área, el que define como el reto más grande de su carrera. Tenía 26 años y se volvió supervisora de sus amigos. “Fue lo más difícil que he vivido”, explica. Porque, además, competía por la posición con uno de estos amigos, que se quedó como su reporte directo. Vázquez se dedicó a leer, a capacitarse y a apoyarse mucho en la gente, consiguió un mentor, al que considera clave en su carrera, y así pudo “sobrellevar” la promoción y seguir creciendo.

“Mi as bajo la manga fue hablar con la gente de forma honesta. A cada uno de mis amigos les hablé y les dije que quería que esto funcionara y que igual que yo los necesitaba para lograrlo, ellos me necesitaban para quitarles piedras en el camino y que pudieran entregar sus objetivos”, explica. “Creo que también me ayudó que como éramos amigos, yo sabía las quejas que tenían anteriores y yo traté de ganar por ahí pequeñas batallas para ganarme su confianza”.

Cuando empezó a ver que era momento de cambiar de posición, tras una asignación de dos años en Michigan y lograr mayor visibilidad, decidió hacer un movimiento lateral y buscó la posición de PMT Leader, una especie de program manager, pero técnico. Vázquez se acercó con la gente en la empresa que creía que podría ayudarla a conseguir su objetivo y pasó las entrevistas para lograrlo. Este movimiento lateral fue clave para que, ocho meses después, lograra su posición actual, que ocupa desde hace dos años.

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Desde el área de Business Office se encarga de la parte operativa del equipo de ingeniería en México, que incluye desde hacer las estrategias de crecimiento del equipo, hasta cómo mejorar procesos internos y el área de innovación como tal, que se encarga de generar estrategias para que todo el equipo de ingeniería perciba una cultura de innovación.

“Esta cultura de la innovación nos ha ayudado a que más programas vengan a México y que sean liderados por más mexicanos. Por ejemplo, la Bronco Sport ha sido diseñada en 80% por mexicanos” , dice. Así, su área ha logrado posicionarse como número uno de Ford global en ideación per capita y el número dos en cantidad de innovación, detrás de Estados Unidos. “Llevamos en este tiempo más de 300 patentes como equipo de Ford de México y, de ellas, 50 han sido de mujeres”.

A este éxito también contribuye Women on Ford, el equipo de la armadora que tiene como objetivo asegurar que se convierte en una empresa líder en desarrollo y empoderamiento de las mujeres y que también lidera Vázquez. Actualmente, 20% de las ingenieras del equipo son mujeres. La automotriz recluta aproximadamente el mismo porcentaje de mujeres que egresan. “Depende de la carrera, pero nosotros ahora estamos muy enfocados en ingenierías duras y de ahí están egresando un porcentaje de 14-15% de mujeres y ese es el que tenemos en nuestra base de ingeniería”.

Ford se acerca mucho a universidades y preparatorias para incentivar que más jóvenes opten por una carrera de ciencia y tecnología y, de ahí, la industria automotriz se convierta en una opción para ellas. Además de romper el mito de que se trata de un sector muy manufacturero, cuando hay una gran variedad de puestos.

Vázquez es consciente de su responsabilidad como rol model. “Se espera que las mujeres en estas industrias tratemos de seguir permeando, moviendo esta ideología de romper los estereotipos de cómo te tienes que ver o qué tipo de carrera tienes que seleccionar o por qué. Las industrias no tienen género, las carreras no tienen género”, apunta. “No lo veo como un peso, pero sí una obligación mía contar mi historia. La falta de rol model creo que es lo que no ha incentivado a la gente joven a venirse a estas carreras”.

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