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Hablemos de las emociones en el trabajo (y por qué tu empresa las necesita)

Las empresas tienen pendiente crear condiciones para que sus colaboradores puedan trabajar en el desarrollo de su inteligencia emocional.
jue 27 enero 2022 07:52 AM
Mitos y beneficios de las emociones de mujeres en los centros de trabajo
Mitos y beneficios de las emociones de mujeres en los centros de trabajo

En la tercera sesión del curso de liderazgo al que se apuntó Valeria Carrasco una vez que salió de la licenciatura de Economía, para apuntalar su preparación y colocarse con mayor rapidez en el mercado laboral, ella y las otras ocho alumnas que asistían, todas mujeres, oyeron como su instructor les recomendaba, con cierto énfasis, no mostrar sus emociones si su objetivo era liderar equipos en un futuro.

A la joven, el mensaje le sorprendió. "¿Por qué no mostraría mis emociones, por qué nos siguen preparando para hacer como que no sentimos o que no tenemos una opinión o problema con algo? Sé que mi carrera profesional no ha despegado, pero hasta yo sé que no quiero repetir errores que llevaron a otras generaciones a hablar sobre salud mental", cuestiona.

Es el gran tema que tienen pendiente gran parte de las empresas, asegura Adriana Ortiz, psicoanalista y autora del libro 'Mujeres Poderosas'. La salud mental de su plantilla y el trabajo en el desarrollo de la inteligencia emocional se ha convertido en clave. Y ya no puede ser solo parte de una conversación, la pandemia ha demostrado que hay que tomar acciones.

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Ortiz señala que los centros de trabajo aún no son vistos como espacios seguros para compartir información relacionada con las emociones de sus colaboradores. Y son aun menos receptivos cuando se trata de las emociones de una mujer.

"Los estereotipos de género nos siguen en todos lados. En el trabajo es más aceptable que una mujer llore a que se muestre molesta, porque entonces es la 'histérica que está en sus días'", dice.

Y eso lleva a que muchas veces se callen aun cuando no están de acuerdo con temas de trabajo, para evitar señalamientos. En el caso de Teresa Santana, maestra de primaria, apunta que sus compañeros le han incitado a no pronunciarse en desacuerdo con medidas que ella consideró incorrectas "para evitar problemas". Pero, con ello, las empresas pierden puntos de vista valiosos que pueden enriquecer los proyectos y mejorar los resultados.

"Una de las características que siempre se señala de mujeres trabajadoras es que a nosotras nos juegan en contra las emociones y eso contribuye a la reproducción de mitos, como que las mujeres tomamos malas decisiones porque somos emocionales u hormonales", agrega Ortiz.

Ximena Márquez, consultora en Desarrollo Organizacional, afirma que las expectativas que las empresas tienen sobre el comportamiento de mujeres y sobre cómo deberían expresas sus emociones orilló a aquellas que empezaron a abrir espacios a emular conductas de hombres, con tal de ganarse el respeto de directivos y compañeros, incluso aunque entre ellas hubieran acciones o decisiones autoritarias.

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Pero ahora, ya no es necesario, si es que alguna vez lo fue. El desarrollo de la inteligencia emocional y las habilidades blandas se han colocado como una de las principales capacidades que demandan las empresas en los puestos de liderazgo. Esto empezó antes de la pandemia y se acentuó con ella.

"Lo que dice la inteligencia emocional primero es que es necesario reconocer las emociones que tenemos. Cuando no identificamos lo que sentimos, es más fácil que lo evadamos o lo proyectemos, pero ninguna de esas dos situaciones soluciona un problema", dice.

Márquez apunta que ya hay muchas empresas, sobre todo transnacionales, que esperan de sus líderes, independiente de su género, que se muestren sensibles y compasivos ante las necesidades de colaboradores porque saben que el talento de la gente impulsa el éxito de la compañía.

¿Por qué es importante la inteligencia emocional?

Adriana Ortiz considera que, a la hora de gestionar equipos, mostrar emociones es una fortaleza para generar y mostrar mayor capacidad de empatía. "Cuando aprendemos a explorar nuestras emociones, estamos en contacto con lo que sentimos y podemos entender de mejor manera las necesidades del otro y las condiciones desde las que tu equipo está trabajando, para bien o para mal", señala.

Además, destaca que al trabajar con cambios físicos que sí implican modificaciones en las emociones de las mujeres, como aquellos provocados por procesos como el ciclo menstrual, embarazos o menopausia, se desarrolla un fuerte sentido de resilencia para trabajar pese al dolor y con el enfoque siempre en tomar decisiones asertivas.

Por el contrario, no hacerlo contribuye a una acumulación de sentimientos que, al no ser expresados, buscan otra forma de salida y que pueden darse como enfermedades psicosomáticas o el aparecimiento de episodios de autosabotaje.

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Para Ortiz, puede lograrse un mayor acercamiento a herramientas que ayuden a gestionar las emociones con cursos de liderazgo. Márquez también recomienda la práctica de ejercicios que tienen que ver con actividades que no fueron tradicionalmente enseñadas a las mujeres como a hablar en público o negociación. Por último, recomienda considerar la psicoterapia como un instrumento para ayudar a aprehender todas las técnicas que recolecten con este tipo de preparación.

"La inteligencia emocional no es una herramienta sólo para gestionar emociones, sino para identificar en qué áreas podemos desarrollarnos mejor como personas y como profesionales", dice

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