Las reglas del juego
Las 5 ‘r’ que definen el liderazgo de Luz María Murguía son respeto, relacionamiento, resultados, reconocimiento y resiliencia. Y eso trata de trasladarlo en su día a día y en cada proceso de mentoring, ya que considera que la mentoría tiene sus reglas para realmente ser efectiva.
“Vamos a fungir como modelo, por eso tenemos que estar muy conscientes de nuestro comportamiento. Que las mentees nos identifiquen como personas con ética, con valores, formales en los procedimientos y confiables, con la capacidad de hablar de emociones y no sólo de proyectos de trabajo. Hoy la posición de mentor te lleva a no ser autoritario y a ser colaborativo”, explica.
Para que las mujeres sean directoras de su propia carrera y se desarrollen personal y profesionalmente, Murguía asegura que un proceso de mentoring conlleva:
1.- Asegurar que la comunicación sea clara, abierta, recíproca y confidencial. El mentor no tiene que informar al manager o jefe directo sobre las sesiones del mentoring, a menos que el mentee lo acepte.
2.- Dedicar un tiempo suficiente para las mentorías, y esto incluye llevar una bitácora de los temas trabajados, y metas por cumplir. Una sesión de 35 minutos, y un seguimiento cada 15 días.
3.- Para el mentor, si no tienes un interés genuino por fomentar el desarrollo personal y profesional de una persona o no estás completamente seguro de que tu experiencia puede influir en alguien más, entonces no empieces un proceso de mentoría.
4.- Para el mentee, si consideras que ya estás en un nivel top, donde no estás lista para aprender más, entonces el mentorship no es para ti. Debes tener un compromiso con el aprendizaje y la adquisición de nuevas habilidades.
5.- Estar abierta a recibir retroalimentación honesta y constructiva. Estar dispuesta a asumir riesgos, porque dentro del proceso de crecimiento, el desarrollo organizacional que estamos buscando implica salir del área de confort.
“A veces como mentores creemos que la forma en cómo hacemos las cosas es la correcta porque nos ha funcionado, sin embargo, una mentee te expone a nuevas perspectivas y situaciones. Por otro lado, ésta genera una confianza en sí misma. Cuando un directivo comenta sus áreas de fortaleza, es hasta ese momento que las asimila”, señala.
Por separado, Fernanda Barbosa, directora comercial de la agencia EnRedHadas, enfatiza el poder que tiene la colaboración en el desarrollo del talento femenino. “Desde la prehistoria las mujeres se juntaban a recolectar, hoy estas tribus y redes de apoyo que se forman son muy importantes porque lo que dice una puede ayudar a las demás”.
Las redes de apoyo, agrega, son un empujón para que más mujeres lleguen a sus metas. Incluso una comunidad de mujeres puede impulsar a otras a emprender un negocio, y no únicamente a crecer dentro de una compañía.
“Los principales motivadores son la independencia económica, y aunque está en boga la equidad de género es real que la mujer sigue siendo responsable del cuidado del hogar. El desafío es combinar las oportunidades de crecimiento profesional con la flexibilidad y acompañamiento para que no claudiquen”, concluye.