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La economía circular es una oportunidad de liderazgo para las mujeres

La economía circular también fomenta un cambio de mentalidad y cultura, en el que se puede incrementar la participación de las mujeres en el sistema económico.
lun 07 junio 2021 03:20 PM
La economía circular es una oportunidad de liderazgo para las mujeres
La economía circular es una oportunidad de liderazgo para las mujeres

La economía circular ha cobrado fuerza en los últimos tiempos como un nuevo modelo integral, más sustentable y equitativo, y que puede convertirse en una oportunidad para incorporar a las mujeres de lleno al sistema y en condiciones más igualitarias de participación y retribución.

En un nivel muy elemental, la economía circular se basa en la reutilización, el rediseño, reciclaje y la remanufacturación de bienes y materias primas que ya tuvieron un uso original, pero cuya vida útil puede extenderse, explica Andrea Cabrera, consultora de la iniciativa Recicla Unicel. Por tanto, requiere que el sistema actual de producción se transforme para que deje de extraer, producir y desperdiciar.

La economía circular también fomenta un cambio de mentalidad y cultura, en el que se puede incrementar la participación de las mujeres en el sistema económico.

Carlos Brown, académico y fundador del Instituto del Sur Urbano y de analista de la organización Progressive International, considera que éste es un modelo “feminizado”. Nació con Ellen MacArthur, una deportista de élite que acuñó el concepto, que está abierto a una mayor participación de las mujeres en su configuración.

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Brown añade que este esquema permite la conciliación entre distintas partes involucradas (gobierno, empresarios), entiende mejor las consecuencias sociales de nuestras acciones y cómo se construye una comunidad. “En la medida en que empezamos a enfocar esfuerzos de manera territorial, la economía circular tiene más oportunidades, porque resulta incompatible con el modelo de producción acelerada en el que vivimos ahora. La pandemia puso sobre la mesa la necesidad de atender las necesidades a nivel comunidad”.

La Organización de las Naciones Unidas impulsa acciones a favor del desarrollo industrial sostenible, como el que propone la economía circular, y con mayor inclusividad para disminuir la pobreza. Ésta azota más a las mujeres: a finales de este año, por cada 100 hombres jóvenes que vivan en pobreza extrema, habrá 118 mujeres.

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) realizó en 2020 el estudio sobre la economía circular en la región, en el que expone que, para pueda facilitarse la transición hacia este modelo, es indispensable que las tecnologías de la Industria 4.0 (internet de las cosas, acceso a datos en tiempo real y la introducción de los sistemas ciberfísicos) sean asequibles y estén disponibles a gran escala. De esa forma, se pueden adquirir habilidades en campos donde la participación de las mujeres sigue rezagada, como las áreas STEAM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, por sus siglas en inglés).

También es necesario incrementar los niveles de alfabetización digital en la región que busque iniciar con este modelo y nivelar la participación por género sobre el uso de la tecnología personal y las tasas de empleo.

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Principales exponentes

Andrea Cabrera destaca como un elemento fundamental que una de las principales promotoras de esta alternativa sea su fundadora, Ellen MacArthur, quien incluso busca colaboraciones en México: en mayo presentó al gobierno federal y a algunas empresas —como Star Plastic, Danone y Nestlé— su herramienta “Circulytics”, para migrar de un sistema de consumo a uno en el que no se generen residuos, con el fin de cumplir los objetivos planteados en el Acuerdo de París y la Agenda 2030 de la ONU.

“Ella ha tenido acercamientos con distintos gobiernos, empresas y organizaciones para orientarlos sobre cómo podrían implementar este modelo y los beneficios sociales que tendrían”, explica Cabrera, respecto al trabajo que hace la fundación de MacArthur en América Latina, América del Norte, Asia del Este y Europa.

También está el caso de Kate Raworth , quien acuñó el término Doughnut (en referencia a la forma circular de una dona), una propuesta para el desarrollo sostenible con un esquema que combina el concepto de límites planetarios con el concepto complementario de límites sociales.

Asimismo, existen en México proyectos como Yeyeco, cofundado por Fernanda Ayub, una emprendedora con base biotecnológica. Yeyeco es una empresa dedicada a la gestión y consultoría de proyectos químicos y tecnológicos que tuvo la oportunidad de crecer de 3 a 30 personas desde 2020 hasta ahora, gracias al aumento de la cartera de proyectos. “Tenemos una ruta de calidad trazada y cosas que nos sacrifico es la calidad de nuestras fórmulas, pero tampoco el ambiente laboral y las condiciones en las que el equipo trabaja”, dice Ayub.

Desde un inicio, se propuso un esquema de horarios personalizado por colaborador, añade. “Tengo dos mamás y una de ellas está divorciada. Por supuesto que requieren otro tipo de horarios de trabajo, de permisos, y nosotros nos adaptamos a eso”. También hay permisos para hombres, con el objetivo de que ellos puedan cumplir de forma más equitativa con las responsabilidades que tienen en casa.

Trabajar con base en un sistema circular, sostiene Ayub, promueve la sensibilización sobre la necesidad de equilibrar los roles de las direcciones, para que el papel de las mujeres se refleje en las tomas de decisiones relacionadas con la sustentabilidad.

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