Publicidad

Síguenos en nuestras redes sociales:

Publicidad

Amiga madre, date cuenta: lo estás haciendo bien

Lo que podíamos hacer cuando éramos dueñas de nuestro tiempo, espacio, dinero y energía era muy distinto a lo que podemos hacer ahora que cuidamos a otros seres humanos. Criar es más que suficiente.
mié 24 enero 2024 06:02 AM
Amiga madre, date cuenta: lo estás haciendo bien
Tenemos que cuidar lo que nos decimos durante el día o cuando no logramos algo que nos habíamos propuesto. Recuerda: nuestros hijos aprenden de lo que ven y a través de lo que hacemos nosotros, no de lo que les decimos a ellos, señala Carolina Montes Santana.

Dicen que los mejores padres son los que no tienen hijos. Si nos remontamos a nuestra época prechiquillos, nos encontraremos con nuestro yo más joven diciendo cosas como “cuando yo tenga hijos, nunca…”

Pero la cosa es muy distinta una vez que estamos en medio de ese hermoso caos. En el 99% de los casos, incumplimos esas sentencias porque la realidad supera a la ficción.

Publicidad

En ese mismo tenor, lo que podíamos hacer cuando éramos dueñas de nuestro tiempo, espacio, dinero y energía era muy distinto a lo que podemos hacer ahora que cuidamos a otros seres humanos. Criar es más que suficiente.

Esto no significa que mantener ciertos hábitos sea imposible, pero hay que bajar un poco nuestros estándares y no escuchar los consejos o el ridículo “quien quiere puede” de los que no viven lo que tú.

El psiquiatra español Enrique Rojas dice -con mucha razón- que una persona con voluntad llega más lejos que una persona inteligente. Sin embargo, encontrar tu voluntad y ejercitarla cuando estás en modo supervivencia es muy difícil.

Les pongo un ejemplo. Antes de que nacieran mis hijas, corrí dos maratones. Completé el primero el mismo año en que mi papá murió, porque mantener la cabeza ocupada y correr de mis problemas hacia ningún lado era lo que necesitaba (y podía hacer) en ese momento.

Además de la terapia de correr, iba con la psicóloga y leía todo lo que podía sobre superación personal. En ese camino agarré todas las modas posibles para salir del atolladero y crear una estructura que me permitiera superar el modo supervivencia: levantarme a las 05:00 am, meditar, deshacerme de (casi) todas mis cosas, desconectarme de las redes sociales (incluso algunas de la vida real), pensar positivo. Y un día finalmente vi la luz.

Pero durante la época pandémica y post-pandémica, volví a ese oscuro lugar de apatía y desesperanza que es la depresión, con una pizca de ansiedad, una bebé en brazos y una pequeña que ya se daba cuenta de que no me podía levantar.

Si bien volví a terapia, ya no podía levantarme a las 05:00 am ni deshacerme de los juguetes de mis hijas; no podía hacer una hora de ejercicio en silencio ni salir a correr (por el covid). Y por muchos meses estuve frustrada porque no podía hacer lo mismo que antes.

Publicidad

Aún hoy, hay momentos en los que me enojo porque no puedo hacer algo. Pero como tengo que madurar y ser el modelo a seguir de resiliencia para mis hijas, me puse algunas reglas para manejar la frustración sin perder algo de mi autodisciplina de soltera.

Espero te sirvan:

1. Cuestiona tus estándares

Para nada me refiero a que te conformes con poco o a que no busques lo mejor, sino a que controles tu autoexigencia y cuestiones tus “debo de” y “tengo que”. Si bien mucho de esto es aprendido, podemos desaprenderlo y crear nuevas reglas que tengan más sentido para nosotras. Esto lleva mucho trabajo de introspección y es incómodo, pero créeme, vale la pena.

2. Sé flexible

Este ha sido mi más grande desafío. Antes, si no hacía una hora de ejercicio, mejor no hacía nada. Y así podían pasar meses. Desde hace un tiempo, si solo puedo hacer 5 minutos, eso hago. ¡Te animo a hacer lo mismo! Algo es mejor que nada.

3. Recuerda que un mundo (pequeño) te vigila

¡Uf! Esto es algo que si bien ya sabía, no lo tenía tan presente. Hace poco mi psicóloga me dijo que como nos hablamos nosotros es como le hablamos a nuestros hijos, de manera inconsciente. Por esto, tenemos que cuidar lo que nos decimos durante el día o cuando no logramos algo que nos habíamos propuesto. Recuerda: ellos aprenden de lo que ven y a través de lo que hacemos nosotros, no de lo que les decimos a ellos.

4. Cura tus redes sociales

Podría parecer una tontería, pero si eres como yo y tienes detonadores como este, toma el control. No tienes que salirte por completo, pero puedes dejar de seguir esas cuentas que te quitan tiempo o te llevan a compararte o a criticar.

Yo dejé X (antes Twitter) cuando noté que más que una conversación constructiva, era un repositorio de mis propias quejas y un montón de negatividad que le estaba haciendo mucho daño a la frágil millennial que llevo dentro.

Mucho antes, había hecho un ‘detox’ tecnológico y para el caso, de todo tipo, saliéndome de WhatsApp y todas las redes sociales. Era una estrategia de presupuesto base cero para perderme de la civilización y encontrarme a mí misma que me funcionó y que hoy podría hacer nuevamente sin problemas.

5. Investiga a quiénes escuchas

Yo amo los podcasts y me encanta aprender de personas distintas, pero antes de tomar un consejo y echarme una nueva culpa a la bolsa, me fijo quién me lo está diciendo. ¿Quiénes te están dando esos consejos de levantarte a las 05:00 am y meditar 4 horas? ¿Quiénes te están diciendo que si quieres crecer en tu carrera tienes que pasar 20 horas en la oficina? Ser críticas con lo que consumimos también es autocuidado.

Publicidad

Aclaro: yo no soy psicóloga y mucho menos un modelo a seguir para nadie. Solo quiero que mis amigas mamás sepan que van por buen camino.

Y por cierto, si tu propósito para este año es correr un maratón, toma en cuenta que para lograrlo necesitas disciplina, ejercitar tu resistencia física y mental, comer muy bien y dar un salto de fe, con total ignorancia de lo que estás por hacer, pero confiada en que lo lograrás. Es una aventura muy parecida a la de criar hijos.

_____

Nota del editor: Carolina Montes es mamá de dos niñas y es global growth SEO manager en una empresa transnacional. Después de varios años de trabajar en redacciones, cambió el periodismo por la mercadotecnia digital. Estudió una maestría en Estrategias Comerciales y está especializada en el crecimiento orgánico de las marcas. Es creadora de la comunidad Madres Trabajando y miembro de Latinas en SEO. Síguela en Twitter y/o LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente a la autora.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

Tags

OpiniónMujeresMadres trabajadoras
Publicidad