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Regreso a la oficina, el debate que el talento puede resolver

Si bien el trabajo remoto no es para todas las industrias ni actividades, el trabajo flexible sí lo es, en el sentido de que todos deberíamos ser tratados como personas responsables.
jue 07 septiembre 2023 06:11 AM
Regreso a la oficina, el debate que el talento puede resolver
El trabajo remoto no es para todos, pero no por falta de capacidad, sino porque hay quienes funcionan mejor en grupo. Para ellos debe existir la opción de la oficina, señala Carolina Montes Santana.

(Expansión Mujeres) - El debate del trabajo remoto está muy divertido. Todos los días me topo con un nuevo artículo: Amazon y Google obligaron a sus empleados a regresar y paradojicamente, Zoom también. Las amenazas de los empleadores abundan: regresen a la oficina o váyanse.

Aunque yo amo trabajar desde mi casa y lo he hecho así por años, no estoy peleada con volver, a veces incluso siento que lo necesito. Pero depende del cómo.

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El centro del asunto en este debate va más allá de la productividad, la colaboración y todas esas razones que los patrones mencionan. El quid es la confianza. Lo sabemos los trabajadores y lo saben las empresas.

Por qué confiar en los empleados

Tim Ferris, un inversionista estadounidense (muy interesante, por no decir loco), escribió en 2007 un libro llamado “La semana laboral de 4 horas”, donde explica cómo puedes desvincularte de la oficina y trabajar lo menos posible para disfrutar de tu vida. Hoy varias cosas que ahí menciona están rebasadas -al menos para más trabajadores que antes-, pero pienso en lo irreal que debió sonar su propuesta hace 16 años.

Ferris dice que “es sorprendente cómo el coeficiente intelectual de alguien parece doblarse en cuanto le otorgas responsabilidades y le haces saber que confías en él”. Y de eso, no tengo duda.

Yo empecé a trabajar desde casa antes de la pandemia. Estuve casi dos años así porque mi equipo trabajaba en el espacio de un call center donde no podíamos escuchar (ni pensar). Doy el mérito a dos líderes que apostaron por nosotros y por supuesto a un equipo que supo responder a la concesión. El punto es que había confianza.

Antes, mis jefes de otra empresa me permitieron trabajar de manera remota durante un tiempo porque tenía que cuidar de mi papá en otra ciudad.

Brian Elliot, quien trabajó como vicepresidente de Slack y ahora se dedica a promover el trabajo flexible, señala: “Si tu misión es ‘hacer un mundo mejor’ pero das señales de que los empleados remotos son ciudadanos de segunda clase, no sorprende que ellos no sientan que no vives a la altura de esa misión”.

Los datos que avalan el regreso a la oficina como la mejor solución son confusos, en ocasiones sesgados, y a veces hasta ridículos. A principios de año conocimos a Anna , un modelo 3D (mujer, por supuesto) del trabajador del futuro: Anna tenía joroba, los dedos como garras y un aspecto de cansancio que se parece más a las madres al límite y presionadas por sus empleadores que a quienes tienen trabajos flexibles. El pequeño detalle es que el dibujito fue creado por una empresa llamada Furniture at Work (Muebles en el trabajo).

Otro ejemplo: hace poco, The Wall Street Journal sacó un reportaje que daba a entender que la tendencia es que los trabajadores remotos tengan dos trabajos. En realidad, menos del 0.3% de los empleados de tiempo completo en Estados Unidos tiene más de un trabajo.

Muchos medios replican noticias que parecen ser la norma porque dan voz a los directivos de las empresas más importantes, pero la realidad es otra. Ejecutivos que participaron de una encuesta del Banco de la Reserva Federal de Atlanta, la Universidad de Chicago y Stanford, prevén que el trabajo híbrido y remoto aumentará en los próximos 5 años.

El investigador Paul J. Zak, quien estudia la neurociencia de la confianza en las organizaciones , señala que los empleados de empresas donde hay altos niveles de confianza son más productivos, tienen más energía en el trabajo, colaboran mejor con sus colegas y se quedan más tiempo que en otras compañías.

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Cuando el trabajo remoto no funciona

Si bien el trabajo remoto no es para todas las industrias ni actividades, el trabajo flexible sí lo es, en el sentido de que todos deberíamos ser tratados como personas responsables y con capacidad de discernimiento. Cuando hay objetivos de negocio establecidos y reglas claras, las horas en el escritorio son totalmente irrelevantes.

Y quizá es en este punto donde las empresas y los líderes fallan, más aún que los empleados que no cumplen.

Pensar en el tiempo de pandemia como un gran experimento del trabajo desde casa es una buena idea y no. Por un lado, logramos sacar ‘la chamba adelante’; por otro lado, teníamos el estrés añadido de pensar si nos íbamos a morir o no, tristes por los que partieron, aislados y al cuidado de nuestros hijos, enfermos o ancianos las 24 horas, sin respiro alguno. Sí fuimos productivos desde casa, pero no como podríamos serlo en condiciones normales.

Si las empresas toman la decisión a partir de ese experimento, no me extraña que encuentren una caída en la productividad e incluso en la colaboración. ¿Cómo hacer una buena lluvia de ideas virtual si tu esposo está a punto de ser conectado al oxígeno?

El trabajo remoto tampoco funciona cuando las personas no tienen en su hogar un espacio ideal para trabajar. Y ahí hablamos de otro tipo de factores de fondo que erosionan la productividad y que están más relacionadas con el acceso a bienes, servicios y condiciones sociales que permitan a una persona ser productiva en casa. El hacinamiento, el acceso a una buena velocidad de conexión, el ruido ambiental, entre otros, son algunos ejemplos.

Si el regreso a la oficina se plantea -honestamente- como una oferta o solución para quienes carecen de estos lujos, la cosa cambia.

También creo que el trabajo remoto no es para todos, pero no por falta de capacidad, sino porque hay quienes funcionan mejor en grupo. Para ellos debe existir la opción de la oficina.

El trabajo flexible es feminista

La razón por la que me gusta tanto el tema del trabajo flexible es que apoya particularmente a las mujeres. Y me gusta más hablar de trabajo flexible y no remoto, porque en México -y tal vez en todo el mundo- las mujeres lideran en dos de los trabajos que no pueden hacerse desde casa: enfermeras y maestras.

El trabajo flexible permite a las madres quedarse con sus hijos cuando enferman o ir al festival escolar, pero también lo hace posible para los padres. Si los dos tienen un empleo de este tipo, pueden dividir la labor de cuidado más equitativamente.

Hace poco, Claire Suddath, escritora senior de Bloomberg Equality, señaló que el regreso a la oficina es, en especial, una declaración de guerra a las madres.

“... los CEOs que llaman al trabajo remoto como “moralmente equivocado” (Elon Musk), una “aberración” (David Solomon), dicen que “no funciona” (Jamie Dimon) y que “la gente que trabaja desde casa no es eficiente” (Mark Zuckerberg). Estos hombres no se han dado cuenta, pero muchos empleados a los que caracterizan como inmorales y aberrantes son en realidad madres que trabajan”.

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¿Quién tendrá la última palabra?

Será muy interesante ver a dónde lleva todo esto. Lo único cierto es que hay quienes ya probamos las mieles de la libertad y la autonomía, y será difícil regresar. Tal vez por necesidad tengamos que aceptar de nuevo los cubículos y el conteo de horas frente a la pantalla, pero dudo de que regresemos a las oficinas con el compromiso esperado por parte de las empresas, sobre todo si se plantea de manera coercitiva.

Raj Choudhury, un economista de la escuela de Negocios de Harvard, dice que la última palabra en realidad la tendrán los empleados más talentosos, como ha ocurrido siempre. En una entrevista para Wired, Choudhury señaló: “las compañías que intentan regresar el tiempo perderán a su mejor talento, y la dinámica forzará a estas compañías a ponerse al día”.

Esperamos que Choudhury tenga razón y que los empleados más talentosos declaren la guerra al regreso al pasado.

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Nota del editor: Carolina Montes es mamá de dos niñas y es global growth SEO manager en una empresa transnacional. Después de varios años de trabajar en redacciones, cambió el periodismo por la mercadotecnia digital. Estudió una maestría en Estrategias Comerciales y está especializada en el crecimiento orgánico de las marcas. Es creadora de la comunidad Madres Trabajando y miembro de Latinas en SEO. Síguela en Twitter y/o LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente a la autora.

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