El último foro al que asistí (de renombrada revista internacional), nos presentó un panel en el que absolutamente todas las participantes hablaron de esos 130 años, y, para colmo, la sugerencia de una diputada, de que las mujeres debemos ser cuidadoras. Gran decepción. Salí desmotivada, hastiada por la forma en que se abordaron los temas. En el pasillo, más de tres compartimos el mismo sentimiento y llegamos a la misma conclusión: ‘estamos hartas de escuchar a las mujeres en papel de víctimas’.
Sé que, en este punto de la lectura, muchas ya desenvainaron la espada. Está bien, para eso es este espacio, para compartir mi punto de vista y despabilar el pensamiento crítico. La intención no es que estés de acuerdo conmigo; te hablo desde mi experiencia, y no desde el romanticismo de ‘crear conciencia’.
Calma. Es momento de sembrar una reflexión: ¿qué pasaría si cambiamos el discurso y nos sentamos tal cual, como hacen los hombres, a platicar de lo brillantes que somos como emprendedoras, ejecutivas, CEO, CFO, CMO? Sin hacer mención de la desigualdad, las brechas, o los temas de (in)equidad.
¡Creámonos fregonas! Sí, porque lo somos. Hablemos de cuántos puestos de poder y decisión tenemos hoy, del gran papel que hacemos en la sociedad y en la familia; dejemos a un lado lo que HOY no podemos y la falta de reconocimiento. Estoy segura que si nosotras fomentamos las charlas a partir de una postura de equidad, y lo empezamos a vivir así, las cosas cambiarán, sin duda.
Precaución. No estoy desacreditando al movimiento feminista, ni negando el patriarcado, ni desacreditando la brecha salarial, no confundamos. Dejemos ese tema a las expertas, y que las financieras hablen de finanzas, zapatera a tus zapatos; cada una en su especialidad.
¡Ya quiero escuchar en qué invierten las mujeres! Y no que ahorran con miedo. Estoy ávida de saber cómo levantaron sus empresas, sus negocios, y no esperar a que, cada vez que una mujer tome la palabra, lo hará como víctima, y nos victimizará a las demás. ¡Suficiente! A mí en lo personal ya me cansó ese recurso. Desgastado, insulso.
Una de las mejores experiencias que me ha regalado la vida es dar conferencias a empresarios y universitarios; impensable centrar mi speech en el ‘pobre de nosotras’; mis temas son de emprendimiento, reputación, cultura, entre muchos otros, pero lo que busco es que todas y todos salgan siempre motivados. No con el tema de hasta dentro de 130 años…pues la verdad, así dan ganas solo de sentarse a ver TV, y que el tiempo pase.
¡Cuánto me retroalimenta escuchar a entrevistadoras como Adela Micha o Martha Debayle!, que siguen la agenda y van con el tema; si están con una CEO, se habla de la empresa; si es finanzas, se habla de ganancias, inversiones y porcentajes, al igual que cuando se habla de activismo, se habla de planes de acción, y no de lo complicado que es ser mujer.