Si hablamos en el ámbito laboral, me da mucho gusto ver cada vez más posiciones de alta responsabilidad ocupadas por mujeres talentosísimas de las cuales hay mucho por aprender, con trayectorias impecables y con un gran camino recorrido para llegar a donde están. Estos avances dan esperanza y sirven de inspiración para ser pioneras en diferentes esferas, con el objetivo de cerrar más brechas para las generaciones venideras.
Sin embargo, todavía hay mucho trabajo por hacer. Preguntando a mis alumnas, todavía se sienten discriminadas en pleno 2023 por falta de oportunidades o por supuesta falta de capacidades. Me entristece ver en algunos colegas la falta de empatía e interés por impulsar a sus pupilas. Por otro lado, me enorgullece ser un profesor que busca impulsar al individuo, sin importar si es hombre o mujer, porque soy un férreo defensor de la dignidad de la persona.
Hace unos días tuve una de las mayores satisfacciones. Mis alumnos presentaron su evaluación de mitad de semestre, que sería aplicada con una modalidad seleccionada entre los colegas y ofrecer una charla tipo Ted Talk; por supuesto le metí mi toque, encaminando el tema para que me contaran el sentido de la vida y sobre las pruebas superadas. Me llevé muchas sorpresas, todas contaban cosas personales, muy íntimas, a lo que solo les puedo agradecer por compartir.
No puedo evaluar de la misma forma a todas, pero en particular mis alumnas se destacaron por frases, por contenidos, por edición extra que demuestra profesionalismo y compromiso. Ello viene a cuento porque puedo constatar el gran talento que viene empujando, que va marcando el paso y está deseoso por romper los techos de cristal. Esto me llevó a otra pregunta, ¿cómo puedo seguir impulsando ello? ¿Cuál es mi papel desde la academia, pero también como profesionista?
Es una tarea complicada, pero creo que la respuesta está en seguir impulsando sueños, orientar y recordar a las nuevas generaciones, no solo su valor como personas, sino también el respeto que se merecen. ¡Hoy más que nunca es importante incentivar y cultivar la confianza en las más jóvenes!
Por otro lado, en el ámbito profesional, tengo el gusto de trabajar con muchas mujeres extraordinarias a las que cada día quiero seguirles aprendiendo, contagiarme de su pasión, compromiso y dedicación. En verdad es una gran cualidad que agradezco a mis padres el poder tener esa sensibilidad de tener respeto por las personas y la humildad para tener sed de aprendizaje constante. Estoy convencido que sin mi equipo de Comunicación no podríamos obtener siempre los mejores resultados, que está integrado por tres mujeres increíblemente talentosas, de las que no me canso de aprender y que siempre me sorprenden.