Por esto, a lo largo de los años, hemos tratado de ser más digeribles con la categoría, invitando a más mujeres a que se unan a la industria y transmitan los valores de cada producto, aprovechando que el vino es muy sensorial y nosotras muy perceptivas. Los sabores, aromas y texturas nos han llevado a destacar como un género muy abierto a sentir todas las emociones que nos ofrece el vino, y saberlas comunicar de forma más cercana al consumidor que no se considera un experto en el tema.
Por supuesto que todo esto se va perfeccionando con la experiencia, y el hecho de que las empresas vinícolas, críticos y sommeliers nos abran las puertas en una industria que por tradición estaba mayormente representada por hombres, nos hace perder el miedo de descubrir cosas nuevas y de convertir retos en oportunidades.
Un ejemplo de ello es que antes no estábamos tan involucradas en el momento de seleccionar un vino para el consumo personal, normalmente eran los hombres quienes elegían qué tomar, y ahora nos hemos convertido en grandes consumidoras y catadoras. En mi caso, hace 10 años cuando no laboraba en la empresa en la que me encuentro actualmente, la persona que elegía el vino normalmente era algún hombre de mi familia; y ahora que me encuentro en la categoría, es normal que me pidan elegirlo, así como darles recomendaciones.
Esto nos da a entender que el conocimiento hace que la gente confíe en nuestra experiencia, y si seguimos teniendo más prestigio en la industria, impulsaremos a más mujeres a perder el miedo de entrar en esta categoría.
De hecho, me gustaría hacer mención de dos estudios donde se evalúa la transformación de preferencia por parte de las mujeres. Uno es el realizado por el Consejo Mexicano Vitivinícola, sobre los “Hábitos y tendencias del consumo de vino en los mexicanos”, el cual dio a conocer que para las mujeres, el vino es su segunda bebida favorita, al contrario a los hombres, que es la cuarta.
El segundo es uno que realizó la compañía para la que laboro, en donde hemos visto un crecimiento de mujeres muy significativo en la toma de decisión al momento de escoger un vino, hoy ellas lo eligen y consumen, cuando hace 8 años la gran mayoría sólo lo consumía, no lo elegía.