“Fue algo que me sorprendió la verdad, nunca pensé que estaría en este puesto porque llegué a pensar que no tenía lo que se requería, ya que era una responsabilidad muy grande”, reconoce.
Estos años han sido para Reyes un constante aprendizaje. Su llegada a la silla de la dirección general de la asociación que financia a emprendedores coincidió con el cambio de gobierno, una crisis económica sin precedentes y la pandemia de COVID-19. Al interior, el desafío fue consigo misma porque tenía que ganarse su lugar y, lo más importante, el respeto de sus colegas.
“Dirigir Amexcap es un reto, es como correr un maratón, tienes que dar un paso a la vez y tener la mente controlada para lograr las cosas. Sin embargo, lo más valioso es sentirte acompañada y saber que estás respaldada por un equipo de trabajo talentoso”, afirma.
La participación de las mujeres en la economía mexicana no siempre es tan visible: 37% de las compañías de menos de 100 empleados pertenecen a empresarias y las mujeres en conjunto generan alrededor del 37% del Producto Interno Bruto (PIB) nacional, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Y aún existen importantes brechas que se relacionan con la percepción salarial, calidad de vida y oportunidades de desarrollo profesional.
Gwendolyne Negrete Sánchez, presidenta y fundadora de Mujeres Jefas de Familia, considera crucial que a las emprendedoras se les apoye desde que deseen comenzar un negocio, pues esto les permite obtener recursos y experiencia. “El poder acceder a financiamiento les da la posibilidad de aumentar el tamaño de su negocio y lograr validarlo, porque la inyección es de capital, de conocimiento y aprendizaje”, apunta.
Amexcap se creó en 2003 con el propósito de fomentar el desarrollo de la industria de capital privado y capital emprendedor en México. A la fecha, agremia a 128 firmas de capital emprendedor, capital privado, bienes raíces e infraestructura y respalda a más de 60 de asesoría especializada. La bolsa de recursos acumulados supera los 60,000 millones de dólares.
Luchar contra los prejuicios
Reyes, de 50 años, reconoce que le hubiera gustado ser economista o tener una formación matemática más fuerte, pero tampoco reniega el haber estudiado Relaciones Internacionales en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) porque eso le permitió tener habilidades empresariales con una perspectiva de desarrollo social.